Entre espejos (2)

Jorge Dávila Vázquez// RINCÓN DE CULTURA

No quiero acabar el comentario sobre el libro de Carmen Álvarez “ENTRE ESPEJOS. Intimidad y lenguaje en los cuentos de Jorge Dávila Vázquez” (UPS, 2021), sin realizar una breve aproximación a las 4 secciones en que se divide el volumen.

Así, en la inicial, la autora desentraña la presencia-ausencia del autor frente a ese mecanismo entre mágico y onírico que es el espejo, que ella ve como una posibilidad de reflejo y no-reflejo, en la búsqueda del sentido de la palabra poética.

En el segundo acápite, Álvarez nos lleva a un intento de desciframiento del misterio de la lengua literaria, como un cuerpo que al estar y no estar frente a la superficie misteriosa del espejo de la construcción lingüística, nos exige un gran esfuerzo para descifrar lo que queda de la realidad en su superficie, aparentemente tan plena, tan total, y sin embargo, pasajera, como difícil de aprehender por su condición irreal. Pero, reitera una idea clave: de alguna manera, en el campo de la literatura, incluso para construir mundos que tienen un directo contacto con la realidad: es necesario que distingamos lo que es de lo que parece, el objeto de la apariencia, los seres con un referente real y aquellos que son fruto de la palabra/espejo.

La tercera sección nos pone ante dos factores esenciales en las labores que parten de la lengua, sobre todo en las literarias: tiempo y espacio. La realidad de lo literario es distinta de la llamada “realidad-real”, sí, pero los seres que habitan un mundo ficticio construido en base al verbo, tienen su propia realidad temporal y ocupan sin cesar ese pliegue del tiempo que es el espacio.

Finalmente, en la cuarta división, Carmen aborda un asunto esencial en su tesis: la intimidad. Si en las partes anteriores se desarrolla todo lo relativo a la construcción del mundo literario, de quienes lo habitan y sus características, muchas veces indisolubles del reflejo, en esta se aborda el delicado subtema de lo íntimo. Asistimos a su combate con todo aquello que es fruto de la lengua, y que revela asuntos vitales vinculados con los seres, que emergen en todo el esplendor de la palabra poética, de manera humana y conmovedora.

Realmente, un libro para leerlo con tanta dedicación como la que ella puso al construirlo. (O)