Son 15 años en los que Martha Molina ofrece el servicio de horneado de pavos, perniles, cerdos, lechones, pollos y más. Su local “La casa del Sazón” está entre los más reconocidos de Cuenca por tener como referencia la imagen de un pavo gigante, ubicado en las avenidas Isabel la Católica y Loja, sur de Cuenca.
Antes de la pandemia, diciembre era la mejor época del año porque tenía a clientes que solicitaban hornear pavos o perniles con motivo de las reuniones navideñas. “Con la pandemia bajamos completamente nuestro trabajo. Estos dos años han sido los más complicados y fue preocupante porque existían familias que dependían económicamente de nosotros”, contó Martha Molina. Pese a la situación económica se buscó la manera en que sus colaboradores no dejen de laborar y cuenten con un ingreso.
Producción
Existe expectativa por lo que sucederá en este 2021, aunque por experiencia de ocasiones pasadas, la propietaria relató que en estas fechas ya existían filas con personas dejando el pavo o cerdo. “El tema económico es una condicionante en las familias y eso se refleja en los pedidos. Además muchas personas ya no se están reuniendo debido a la pandemia”, se refirió.
Molina espera que el servicio de aliño y horneado de pavos incremente desde el lunes 20 de diciembre, por estar a días de Navidad.
Son cuatro personas las que laboran en “La casa del Sazón”, entre ellas sus hijas por lo que se convierte en un negocio familiar. Dependiendo de los pedidos, desde la próxima semana podría incrementar el número del personal para cumplir con las entregas. “Hornear un pavo tiene un costo de 10 dólares y a partir del 20 de diciembre tiene un valor de 18 dólares”, explicó su propietaria. Este incremento sería para cancelar a su personal, pagar el servicio de agua potable que duplica en uso, solventar el gasto de gas e inclusive el costo de alimentación de sus trabajadores. Aunque la atención es de 07:00 hasta las 21:00, puertas adentro continúa el trabajo con limpieza, desinfección y dejar todo listo para una nueva jornada de trabajo.
El precio se regulariza en el mes de enero.
Aliño
Martha Molina contó que uno de sus secretos está en el aliño, fundamentalmente con el ajo. “Se puede dejar una semana en aliño pero hay que saber cómo hacer el condimento o de lo contrario no se obtiene un delicioso producto”, relató.
Las personas que requieren de sus servicios llegan hasta el local con el pavo, pernil o lechones congelado, que son los más solicitados en este mes. “Nosotros descongelamos, lavamos, ponemos aliño y lo llevamos al horno”, relató. Tanto la pierna de cerdo como el pavo se requieren con cuatro días de anticipación.
Antes de la pandemia horneaban cerca de 500 pavos, perniles y lechones el 24 de diciembre y una cantidad similar para el 25. “Esperamos en este año tener por lo menos 100 pedidos”, dijo.
Por la aceptación de la ciudadanía abrieron dos locales más con su nombre, en la avenida Ordóñez Lasso y Juan Pío Montúfar.
Era común observar en las fechas cercanas a la Navidad, una fila de personas intentando retirar sus pedidos en el local. Algo similar sucedía con las personas que intentaban dejar los productos.
Este fin de semana fue reducido el número de pedidos. (JRU) (I)