Johnson sigue bajo presión pese a los intentos por retomar su liderazgo

El primer ministro británico, Boris Johnson, sigue bajo presión para dimitir desde dentro y fuera de su partido pese a sus esfuerzos por recuperar la agenda política con el anuncio de nuevos proyectos que permitan dejar atrás los escándalos en Downing Street.

El diputado conservador Tobias Ellwood, presidente de la comisión parlamentaria de Defensa, se sumó a otros colegas al declarar este miércoles que ha perdido la confianza en el jefe del Ejecutivo, al que instó a someter a votación entre los «tories» su liderazgo del partido y del Gobierno. Horas más tarde, uno de los diputados «tories» de la nueva hornada, Anthony Mangnall, anunció en Twitter que hacía lo mismo.

El viaje relámpago de ayer a Ucrania para mostrar su apoyo a Kiev frente a Moscú o el anuncio hoy de un plan para regenerar el norte de Inglaterra no han servido a Johnson para distraer la atención de las posible infracciones cometidas durante las fiestas organizadas en su residencia y despacho oficiales durante la pandemia, que ahora investiga Scotland Yard.

En la sesión semanal de control en la Cámara de los Comunes, el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, lo acusó de «fanfarronear» en lugar de responder a sus preguntas y le avisó de que «eso no va a funcionar con la Policía».

UNA «DISTRACCIÓN NACIONAL»

Durante su comparecencia hoy ante los diputados, Johnson respondió con evasivas a todas las cuestiones sobre su futuro y otras sobre asuntos nacionales, como la próxima subida de la contribución a la seguridad social o el abuso fraudulento de las ayudas económicas concedidas en la crisis sanitaria.

Starmer aconsejó al líder conservador «mejorar cómo responde en las entrevistas», pues, dijo, «lo va a necesitar en las próximas semanas» cuando se espera que sea interrogado por Scotland Yard.

La Policía Metropolitana de Londres investiga por presunta infracción de la ley doce fiestas celebradas en 2020 y 2021 en Downing Street, a varias de las cuales Johnson asistió en persona.

En su turno de palabra, el líder del Partido Nacional Escocés (SNP, en inglés) -tercera fuerza política en los Comunes-, Ian Blackford, dijo al primer ministro que, si es interrogado o multado, «debe dimitir».

El jefe del Ejecutivo es «una peligrosa distracción a nivel nacional y un chiste recurrente en la escena internacional», afirmó.

Johnson, que durante la sesión reivindicó su gestión económica y del coronavirus, se negó a precisar si estuvo en una fiesta el 13 de noviembre de 2020 en su apartamento oficial, después de que la prensa haya publicado este miércoles que sí asistió y también a otros eventos, además de los ya confirmados del 20 de mayo y 19 de junio de 2020.

El «tory» Ellwood pidió al primer ministro que convoque él mismo una votación sobre su liderazgo dentro del Partido Conservador, en lugar de esperar a que sean los propios diputados la que la instiguen, para lo que se necesitan 54 peticiones (un 15 % del grupo parlamentario).

El exmilitar anunció que él ha enviado ya a Graham Brady, presidente de la ejecutiva del llamado Comité 1922 -que agrupa a los diputados «tories» sin cartera-, una carta en la que pide que se organice esa moción de confianza que, en caso de perder, obligaría a Johnson a dimitir y provocaría unas elecciones primarias para sustituirle al frente de la formación y del Gobierno.

«Es horrible para los diputados tener que defender continuamente esto ante los ciudadanos», en alusión a las fiestas en la sede gubernamental, lamentó.

PROYECTOS DE FUTURO

Como parte de su agenda política, el Gobierno desveló este miércoles un plan destinado a transformar las áreas más deprimidas del Reino Unido, en especial las antiguas circunscripciones laboristas que Johnson conquistó con su abrumadora victoria en las elecciones del 12 de diciembre de 2019.

Este programa, cuya dotación económica aún no se ha precisado, pretende mejorar la educación y el acceso al transporte o la banda ancha de esas regiones y acercarlas a los mejores niveles de vida de que disfrutan Londres o los condados del sureste inglés.

La oposición laborista ha criticado el plan al considerar que no aporta ideas nuevas para reducir las desigualdades que hay en el país ni tampoco fondos adicionales.

Con todo, Johnson confía en que estas iniciativas le permitan retomar el control del Gobierno y recabar el apoyo de suficientes parlamentarios conservadores para asegurar su supervivencia, al menos hasta que se conozcan las conclusiones de la policía. EFE