Los números de la corrupción

Mario Jaramillo Paredes

Dos mil ciento treinta y siete millones de dólares es la suma de las glosas impuestas por la Contraloría, de acuerdo al Informe presentado por su máxima autoridad. De eso, solamente se ha recuperado seis millones setecientos mil dólares, ínfima parte que es apenas el cero punto tres por ciento.

Una glosa en principio no es definitiva, pues los responsables tienen la posibilidad de demostrar- de ser el caso- que no hubo malos manejos de los fondos públicos sino errores de trámite. Pero en el caso que nos ocupa, de los más de dos mil ciento treinta y siete millones, se encuentran confirmadas dos mil ciento cuatro millones, según el mencionado informe.

Además de las cifras gigantescas de la corrupción de los gobiernos anteriores, deben señalarse algunos puntos más. El primero es la mínima cuantía de lo que el Estado recupera de esos malos manejos, que, en buena parte de los casos, fueron delincuencia organizada como lo ha calificado la Fiscalía y los tribunales de justicia. No fueron simples errores en el manejo administrativo de los fondos públicos, ni solamente incumplimiento de procesos burocráticos. Fueron casos de robo organizado y sistemático a los fondos públicos.

El segundo punto que vale la pena destacar es que la ínfima suma de lo recuperado pertenece mayormente a fallas administrativas o incumplimiento de las normas pertinentes. Son las glosas a funcionarios de segunda o tercera categoría y a muy pocas autoridades que son las que pagan. Los grandes robos de los últimos años no son recuperados. Como siempre los peces pequeños son los culpables, mientras los peces gordos están fugados o permanecen en la impunidad dentro del país. Catorce años con dos Contralores, hoy fugado el uno y preso el otro, así como Fiscales generales cómplices, son parte de ese cuadro tenebroso. La cárcel no basta. Hay que recuperar esos miles de millones de dólares. (O)