Ciudad y Qhapag Ñan

Tito Astudillo y A.

Cuenca es una ciudad en la que confluyen naturaleza e historia, entre otros componentes, que le hacen cada vez más bucólica, tradicional y cosmopolita en la medida que todo aporta a configurar un hábitat atractivo a los sentidos, al conocimiento y a la investigación para quienes buscan nuevas motivaciones en afinidades culturales, como el Sistema Vial Andino, Qhapag Ñan o Camino del Inca, integrante de su entorno, pese al desconocimiento e indiferencia las más de las veces.

La lectura del libro, El Qhapag Ñan. Una investigación interdisciplinaria en el Sur del Ecuador, del arqueólogo y catedrático Diego Suárez García, publicación de la Universidad del Azuay, permite comprender que el Sistema Vial Andino, que persiste en El Qhapag Ñan, es más que un simple trazado o camino empedrado;  es un testimonio del sistema de comunicación de los  pueblos autóctonos que poblaron los territorios al sur de Cañar, Azuay y norte de Loja y sus conexiones con  el litoral; que a sus márgenes y destinos se desarrollaron pueblos que transitaron y dejaron huellas que persisten en el imaginario y tradición oral de los poblados colindantes; de una rica biodiversidad en concordancia a la complejidad climática y cultural que subsiste al tiempo, deforestación y urbanización; que es un componente arqueológico cuyo estudio permite comprender la consolidación del Tahuantinsuyo a través de levantar, en los pueblos conquistados, centros administrativos, templos, depósitos, aposentos y una red vial que permita la movilidad, el transporte y la comunicación a través de los chasquis; que es un monumental complejo arqueológico, Patrimonio de la Humanidad, que se debe conocer,  proteger y ponerlo en valor.

Ojalá, su difusión y lectura, permita un mayor conocimiento, comprensión y compromiso de todo el conglomerado social y, desde luego, de las instituciones llamadas a su conservación, para hacer del Qhapag Ñan, un visible componente cultural de la ciudad. (O)