La huida de Kiev de dos hermanas ecuatorianas: 12 largas horas hacia Polonia

St. Petersburg (Russian Federation), 26/02/2022.- Russian people wait for transport at a bus stop painted with a national flag of Ukraine in St. Petersburg, Russia, 26 February 2022. EFE/EPA/ANATOLY MALTSEV

Más de doce horas les tomó a las hermanas ecuatorianas Carolina y Diana Constante llegar hasta la frontera de Ucrania con Polonia desde Kiev, de donde salieron el jueves deprisa y corriendo tras los primeros bombardeos realizados por la aviación rusa.

«Fue coger lo más indispensable: un poco de ropa, zapatos, aseo personal y algo de comida imperecedera. Nos subimos al carro y salimos», contó Carolina en conversación telefónica con Efe mientras hacen una kilométrica fila para cruzar el paso fronterizo con Polonia.

Tras enterarse de los primeros ataques militares en la madrugada del jueves, ni Carolina ni Diana se lo pensaron dos veces y pusieron rumbo hacia el oeste, pocas horas antes de la que la situación en la capital ucraniana se complicara con el avance de las fuerzas armadas rusas hacia esa ciudad.

«Creo que fue la decisión más indicada, porque lo que vemos en redes sociales es que ya empezaron a atacar Kiev y que destruyeron un puente. Es más probable que ya no estén dejando salir. Salimos de Kiev a las 22:00 y ya estaban cerrando la entrada», relató Carolina.

Estas dos hermanas son parte de los 700 ecuatorianos que se encuentran en Ucrania, la mayoría de ellos estudiantes universitarios que cursaban estudios en algunas de las ciudades más afectadas por la intensa intervención militar de Rusia.

«Algunos consiguieron salir tres días atrás en los últimos vuelos que había, que estaban muy caros, pero salieron. Ahora ya no hay vuelos, casi no hay trenes y las carreteras están muy congestionadas», señaló Carolina, quien recientemente terminó un máster en relaciones internacionales.

COMIDA Y GASOLINA ESCASEA

En esa ruta también hay numerosas personas que se han lanzado a intentar llegar a Polonia, entre ellos otros ciudadanos latinoamericanos, como varios colombianos que se han encontrado en el camino, así como inmigrantes africanos de países como Nigeria.

Sin embargo, con el transcurso de las horas, las provisiones escasean, pues ya han comprobado que «la comida en las gasolineras se está terminando, y la gasolina igual, porque hay sitios donde ya no hay gasolina», advirtió Carolina, que también viaja con su hijo.

«Es un poco preocupante porque el país se encuentra en estado de excepción y no se cambia dinero. Los bancos están cerrados y no están dando dinero. Solo en los cajeros puedes sacar un máximo de 3.000 grivnas (100 dólares) diarias», lamentó.

Ni Carolina ni Diana han podido aún procesar en su magnitud el momento que están viviendo, pues indicaron que hasta el día anterior al inicio de la invasión rusa la vida era normal en Kiev.

«Pensé que no iba a pasar nada. Todo estaba en especulaciones y noticias, pero nunca pensamos que el presidente de Rusia iba a tomar estas acciones. Nos cogió de sorpresa a todos», reconoció Carolina.

MÁS DE OCHO HORAS DE ESPERA

En el momento de la última comunicación, estas dos hermanas ecuatorianas llevaban más de ocho horas de espera en una larga fila de vehículos que quieren pasar a Polonia, paso que se está haciendo en grupos de diez automóviles.

Su plan es llegar a Varsovia, una de las ciudades a donde el Gobierno de Ecuador ha enviado a diplomáticos para atender a los ecuatorianos que quieren salir de Ucrania y facilitarles el tránsito por Europa.

En el caso de estas hermanas, una vez que logren entrar a Polonia, su intención es tomar un vuelo a España, donde la misión consular ecuatoriana les ha garantizado una estadía de 15 días.

Luego valorarán si retornan a Ecuador o se quedan en España, ya que allí también tienen familiares que las pueden hospedar a la espera de seguir los acontecimientos de Ucrania.

No todos los ecuatorianos que se encuentran en Ucrania pudieron movilizarse tan rápido como ellas y tuvieron que quedarse refugiados en sus casas o en las estaciones de metro junto al resto de la población local que busca resguardarse de los bombardeos. EFE