Las tensiones por la guerra de Ucrania y la división en dos bloques de países en respuesta a la misma marcaron la reunión de ministros de Exteriores del G20, concluida este viernes 8 de julio de 2022 en la isla de Bali, en Indonesia, que se ha esforzado por tender puentes entre todas las partes como anfitrión.
«Algunos países han elevado su preocupación por que el multilateralismo esté bajo amenaza y cada vez supone un reto mayor responder de manera efectiva a los desafíos globales», advirtió el viernes la ministra de Asuntos Exteriores indonesia, Retno Marsudi, en la conferencia de prensa al cierre de la reunión.
Los jefes de la diplomacia de las principales economías industrializadas y emergentes se reunieron el jueves y el viernes en Nusa Dua (al este de Bali), donde quedaron evidentes las divisiones del grupo, si bien Indonesia consideró un cierto logro que todos acudieran.
«Todos han participado y han estado presentes», subrayó la ministra indonesia, algo que no es baladí teniendo en cuenta la asistencia del ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, lo que anticipaba un posible boicot de las reuniones.
Una situación que sólo se dio en la víspera, cuando los ministros del G7 (Canadá, Francia, Italia, Alemania, Japón, Reino Unido y Estados Unidos) no acudieron a la cena de bienvenida, como confirmó el propio Lavrov en rueda de prensa este viernes, criticando que éstos no «entienden la cortesía y las normas de etiqueta».
Salvo en esa ocasión, los ministros de Exteriores del grupo (formado por Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Corea del Sur, Japón, México, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica, Turquía, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea) participaron en todas las sesiones.
En ellas también asistió por videoconferencia el ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, quien hizo un llamamiento en favor de una «respuesta global decidida a la agresión rusa, que amenaza el mundo con una crisis energética y alimentaria».
Una respuesta global difícil dadas las actuales divisiones, que quedaron patentes en las bilaterales mantenidas en los márgenes de la cita, más aprovechadas para fortalecer los lazos entre socios que para acercar posturas con los oponentes, en una de las primeras veces desde la guerra en las que muchos veían a Lavrov.
CRÍTICA DE LAVROV A OCCIDENTE
El ministro ruso, que criticó el aislamiento occidental asegurando que se acercaría a China e India, arrancó su ronda de reuniones el jueves con su socio, el ministro chino Wang Yi, y la continuó con encuentros con sus pares de Turquía, Brasil, Argentina, India e Indonesia.
Wang Yi sí limó asperezas con su par indio, Subrahmanyam Jaishankar, con ambos países involucrados en tensiones fronterizas, y se espera que mañana se reúna con el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken.
Blinken, mientras, discutió hoy con sus socios de Francia, Alemania y Reino Unido formas conjuntas de suministrar a Ucrania «apoyo adicional humanitario y en seguridad mientras continúa su defensa contra la guerra injustificable y no provocada de Rusia», según afirmó el portavoz de Blinken, Ned Price.
La seguridad alimenticia era uno de los focos de la agenda de la reunión organizada por Indonesia, y en ese respecto Lavrov realizaba uno de los pocos anuncios del encuentro, afirmando que su país está dispuesto a negociar con Ucrania y Turquía las vías para la exportación del grano ucraniano a través del mar Negro.
«Estamos preparados para negociar con nuestros colegas ucranianos y turcos. Tenemos todas las soluciones si se trata del grano ucraniano», afirmó, mientras el bloqueo de Moscú supone que Kiev puede sacar solo 2 millones de toneladas al mes, el 60 por ciento menos que en tiempos de paz.
La obtención de compromisos en este área era una de las prioridades de Indonesia, que importa trigo y fertilizantes de Ucrania y Rusia -exportadores en conjunto de un tercio del trigo mundial-, si bien el conflicto continúa igualmente enconado.
«Aunque somos diferentes, todos vivimos en el mismo planeta. Aquí nos sentamos juntos por primera vez para discutir asuntos importantes que nos competen a todos», afirmó Marsudi al inaugurar las sesiones esta mañana.
MEDIACIÓN DE INDONESIA
Pese a los esfuerzos de Indonesia, cuyo presidente, Joko Widodo, viajó a Ucrania y Rusia la semana pasada para ofrecerse como mediador de la crisis, las tensiones no cedieron un ápice.
Desde Bali, el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, advirtió que «nadie puede ser neutral» ante una agresión como la «espantosa» guerra de Rusia contra Ucrania.
El único momento de unión y consenso vivido este viernes fue la condena unánime y las condolencias, transmitidas por la ministra indonesia al cierre de la sesión, de la muerte del ex primer ministro nipón, Shinzo Abe, fallecido a causa de los disparos que recibió hoy durante un mitín. EFE