“Susanita”, una flor atractiva pero invasiva para el ecosistema

La flor "Susanita" invade espacios de parques y quebradas de Cuenca. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Se la conoce como “Susanita”, “ojo de poeta”, “ojo de buey” u “ojo de gato”. Su color naranja y su pistilo oscuro la vuelven atractiva, sin embargo, se trata de una especie de alto poder invasivo que crece a las orillas de los ríos, se enreda en los troncos de los árboles y se apropia del terreno debido a su rápido y permanente crecimiento.

“La Thunbergia alata es una planta de origen africano que fue traída a estos espacios en forma ornamental, pero la falta de manejo causó su invasión en zonas naturales lo que genera ahora un problema para los ecosistemas y la conservación de algunas especias de flora”, subraya Carlos Rodríguez, administrador del Jardín Botánico de Cuenca.

“Susanita” crece en zonas tropicales y subtropicales debido a su capacidad de adaptación en alturas que van desde los 1000 hasta los 3000 metros sobre el nivel del mar (msnm), se reproduce de forma sexual y asexual por estolones, lo que provoca el crecimiento masivo que cubre la capa vegetal, se envuelve en los árboles y crea un manto que evita el paso de la luz a la parte inferior, quitando la luminosidad y evitando que otras plantas hagan la fotosíntesis y se desarrollen.

“Mientras va creciendo y cubriendo el suelo brota una nueva raíz y se forma una nueva planta, así invade y cubre el terreno y mata ciertas especies”, recalca Rodríguez.

El experto explica que se trata de una planta que está en floración durante todo el año y tiene una garantía de producción de semillas más fuerte que cualquier otra especie, es por ello, que se vuelve tan invasiva.

Tatiana Jaramillo, investigadora botánica de la Universidad de Las Américas (UDLA), indica que la época lluviosa contribuye a que “Susanita” continue su diseminación y colonización en quebradas y taludes.

Zonas

En Cuenca, esta planta pinta de anaranjado las orillas de los ríos, crece en matorrales y se la encuentra también en zonas rurales, donde resulta más difícil controlar su dispersión. Otro problema es que se la comercializa como planta ornamental debido a su belleza y llamativas tonalidades amarillas o blancas.

“Se comercia sin ningún tipo de regulación porque es una planta que está naturalizada y no tiene ninguna protección (…) para quienes la tienen en casa se les recomienda darle un manejo adecuado porque la dispersión de semillas es fuerte”, menciona el administrador del Jardín Botánico de Cuenca.

Entre otras medidas, aconseja tenerla dentro de un perímetro, podarla y evitar que crezca hacia árboles, eliminar las nuevas plantas, pero, sobre todo, evitar adquirirla y sustituirla con otras especias nativas de uso ornamental que no generan un efecto tan nocivo como lo hace “Susanita” en zonas naturales.

Limpieza

En áreas verdes bajo competencia de la Empresa Pública Municipal de Aseo de Cuenca (EMAC), el personal realiza mantenimiento cada 30 días, aunque hay áreas de difícil acceso como pendientes junto al río. “El retiro de la especie se hace de forma mecánica, con motoguadaña y, posteriormente, de manera manual, retirando la planta de los árboles, arbustos y suelo en los cuales se ha desarrollado”, indicó la EMAC.

Los residuos son retirados y procesados en la Planta de Compostaje del Ecoparque El Valle.

Sin embargo, hay zonas como las márgenes de los ríos de tenencia privada, en donde se ha dispersado la especie debido a la falta de mantenimiento. Asimismo, hay zonas naturales de difícil acceso porque son de poca o nula visitación como las áreas de amortiguamiento, de conservación o uso sostenible y áreas de reserva, donde se aconseja un control y manejo coordinado con las comunidades.

Se recomienda un retiro manual

La “Thunbergia alata” está identificada como invasora en varios países andinos, donde se ha adaptado a los bosques de la región. En Colombia es una de las 35 plantas exóticas invasoras que se enredan en la vegetación y ahogan a las especies nativas, según el Instituto Von Humboldt.

Su retiro y erradicación se lo puede hacer de forma química y manual, no obstante, los expertos botánicos recomiendan el retiro manual de las plantas y raíces. “Una vez retiradas se sugiere colocarlas en fosas con fuego para eliminar las semillas y evitar su reproducción”, explica Carlos Rodríguez, administrador del Jardín Botánico de Cuenca.

Y es que, entre la ciudadanía hay la percepción de que se trata de una planta estéticamente interesante y no la ven como amenaza. “Es una especie que está naturalizada, hace falta una campaña de concienciación para la sustitución de “Susanita” con otras plantas nativas, exóticas pero que no tengan un crecimiento descontrolado como esta”, agrega.

El Jardín Botánico de Cuenca tiene a “Susanita” dentro del programa de educación ambiental con el objetivo de informar a los visitantes el problema que puede causar. “Falta más conciencia para evitar el uso, sobre todo, en zonas rurales o cerca de áreas de conservación, áreas verdes o reservas de parques nacionales para evitar su proliferación”, concluyó. (I)