La política austral es generosa, sobre todo cuando el distraído elector desconoce el calendario de inscripciones de candidaturas. Pues cual si se tratase de una repetición, quienes aspiran a ocupar una dignidad a nivel seccional, presentan un nuevo diseño para el estadio de fútbol de la ciudad, esto marca de manera informal la campaña política.
Presumo que el político o sus asesores, creen que el ciudadano es tan ingenuo que, por una faraónica propuesta para su club de fútbol y por ende, para su hinchada, estos apoyarán al «hábil » político.
Sin embargo, en el próximo proceso de elecciones seccionales, bien vale contestar 3 simples interrogantes, previo a comprometer su voto:
¿Quién?, es fundamental conocer la preparación del candidato, su trayectoria personal y profesional, y si bien es cierto, la honradez debería permear a todos, vale averiguar si previamente no ha participado en escándalos de corrupción. Además, no se trata de juventud, experiencia o ser el no programado (outsider). Los ciudadanos ya no estamos para improvisaciones o apuestas al vacío, por ello, es conveniente confiar en aquellas personas que han tenido experiencias positivas en la gestión pública a nivel local y nacional.
¿Qué?, es prioritario revisar el programa de gobierno que el o la candidata inscribe en el Consejo Nacional Electoral, y que, sus propuestas sean coherentes y vayan de acuerdo a las competencias del cargo que aspiran. Caso contrario, serán meros golpes de efecto de campañas políticas, o promesas que serán incumplidas como «cantos de sirena».
Y por último, el ¿Cómo?, ya que toda propuesta debe venir aparejada con el correspondiente plan de la manera a ser ejecutada, financiada y sostenida en el tiempo.
Elegir a un candidato, por simple afinidad, eslogan o popularidad, no sólo se trata de un acto de irresponsabilidad, sino que puede traer lamentables consecuencias a nivel local o regional. (O)
