Historia e identidad colectiva II

Aníbal Fernando Bonilla

Es clave apreciar a la identidad como un factor sustancial en el robustecimiento de las naciones, entendiendo que la misma se erige desde los aprendizajes, saberes milenarios, enseñanzas y legados, junto con las maneras de ser del individuo, en una constante interacción con el espacio y un marcado sentimiento de pertenencia. Bien dijo Jorge Enrique Adoum: “Ante todo, la identidad colectiva no es algo definido e inmutable, conformado por los siglos anteriores a nosotros, que hubiéramos recibido como una instantánea del pasado, menos aún como un tatuaje que no podemos borrar, sino que se va haciendo, como un autorretrato, por acumulación de rasgos o como un collage”. 

Es decir, la identidad también se verifica como un constructo de dimensión antropológica y social proclive a la evolución cronotópica. A lo que se colige que hay fenómenos que interfieren en las identidades. Así tenemos a los movimientos migratorios que producen un grado de alteración/mutación en las convivencias sociales, provocando expresiones como la transculturación. Esto, no exime la configuración de choques étnicos que se elevan al grado de conflicto en la interrelación cultural. Es el efecto de la “era de las diásporas”, según Zygmunt Bauman, en “la lógica de la redistribución global de los recursos vivos y las chances de supervivencia peculiares del estadio actual de la globalización”.

Por su parte, Enrique Ayala Mora considera que: “Para cada pueblo escribir y reescribir su historia es una necesidad de supervivencia. Más allá de la curiosidad o del prurito de coleccionar recuerdos, está el imperativo de conocer y asumir las propias raíces”. Más aún cuando esa voz histórica supera la interpretación oficial reducida a desfiles militares, charreteras y uniformes recién salidos de la tintorería, tal como expuso Eduardo Galeano, y se incorporan múltiples voces -esas otras voces silenciadas en el tiempo-, a ratos anónimas, que forman parte inclusiva del rostro diverso compuesto por nuestras realidades circundantes de raigambre ecuatoriano y latinoamericano.  (O)