Atención postergada

Cuatro meses después de los severos daños causados por el invierno a la infraestructura vial, sanitaria y hasta de vivienda, la situación sigue igual.

Las poblaciones afectadas son de Azuay (Santa Isabel) y Cañar (Azogues y Biblián), donde el desbordamiento de ríos y quebradas dejaron un panorama, si no desolador, sí de urgente intervención y atención por parte del Estado.

Los reducidos presupuestos municipales de esos cantones son insuficientes para remediar los daños causados.

El presidente Guillermo Lasso y el entonces ministro de Transporte y Obras Públicas, Marcelo Cabrera, constaron los daños. Asumieron de inmediato el compromiso del Gobierno para transferir los recursos económicos necesarios. Cada Municipio debió, como en efecto lo hizo, presentar los estudios de las obras a ejecutarse y la inversión en el marco de la emergencia declarada.

Empero, alcaldes de esos cantones, sobre todo las poblaciones afectadas, siguen esperando.

El cambio repentino del ministro de Transporte trastocó los planes. En el caso de Santa Isabel, esta cartera de Estado hizo observaciones a los diseños. Cumplida la orden, se reenviaron en este mes. Por lo tanto, el respectivo municipio también es corresponsable de la demora.

Los restantes los han entregado completos. Solo faltaría la disponibilidad de los dineros, sobre todo la decisión política, la desburocratización de los trámites, cuando no el llamado de atención del nuevo ministro a los “mandos medios”.

La palabra y el compromiso presidencial están juego. Así lo deben entender quienes dirigen el MTOP cuya política centralista hasta limita el libre flujo de la información. ¿De cuándo acá sus representantes en Cuenca deben pedirles su venia hasta para dar una entrevista? Esto es reprochable.

Los gobernadores de Azuay y Cañar deben actuar con mayor firmeza. En estos casos no vale la condescendencia.  Igual los alcaldes, algunos de ellos inquietados por pretender reelegirse.

La demora, acaso la desidia, no se justifican.