El ramen, la sopa japonesa que gana adeptos en Cuenca

: Raymond Huntley es chef filipino que llegó a Cuenca para compartir su comida. Xavier Caivinagua

Por el calor que provoca, por su sabor cargado de especias y salsas en el caldo, por ser un alimento que revitaliza luego de una borrachera, por eso y más, el ramen se ha convertido en una de las sopas preferidas de los cuencanos.

Por lo menos eso piensan los chefs que llevan ya algún tiempo vendiendo la sopa japonesa en Cuenca, como es el caso de Raymond Huntley, un filipino que hace un poco más de cinco años fundó Osaka Ramen, un restaurante ubicado en San Sebastián.

Al principio, cuando había arribado a la ciudad, el filipino empezó vendiendo sushi, que ya tenía su fama y sus predilectos. Pero, Raymond había sentido el frío cuencano y creyó que el clima era una oportunidad para vender su ramen.

“En Japón se come caliente, muy caliente el ramen, y en Cuenca hace frío y yo vendí mi ramen y a la gente le ha gustado. Funciona aquí”, dijo Raymond.

El chef, a pesar de que no habla español, ha logrado generar un vínculo con los cuencanos a través de su sopa.

Para realizar el ramen, Raymond trata de utilizar los mismos ingredientes que usaba en Asia: el miso, el alga marina y la salsa de soya. Mientras que el fideo lo hace a mano.

“Yo importó los ingredientes. Yo no puedo cocinar con salsa china. No me gusta. Yo siempre busco los mejores ingredientes. Creo que por eso ha gustado mi ramen”, dice el chef.

La sopa asiática se vende en Cuenca desde hace por lo menos tres años.

Los días que Raymond más vende ramen en Cuenca son los viernes, los sábados y los días lluviosos. La gente llega, toma asiento, y debe esperar entre diez a quince minutos para ver su plato hondo cargado de sopa, fideos, alga marina, carne, choclo y cebolla.

El chef filipino tiene distintos tipos de ramen. La variedad depende de la carne. En su caso, el que más le gusta es el ramen con carne de puerco, ya que, por un lado, así se lo vende en Japón, y, por el otro, por la cocción.

Raymond suele cocinar la carne de puerco hasta por doce horas. Según él, el tiempo, la lentitud en el proceso de cocción le da otro sabor a la carne y a su ramen.

Un ramen de Cuenca

No solo Raymond ha tenido éxito con su ramen. José Antonio Vintimilla, un cuencano al que siempre le ha gustado la cocina asiática, también ha sido buscado por el ramen que hace en su restaurante EWOK.

No obstante, hasta hace un par de años, cuando puso en su menú el ramen, a lo mucho vendía unos tres platos a la semana. Pero, de boca en boca, la sopa empezó a hacerse famosa.

Para su preparación, José ha acudido a múltiples fuentes. Solo una vez que encontró lo que quería, el ramen tomó forma: un caldo de res, cuya elaboración toma un día y medio para quitarle toda la grasa; huevo duro; tallarines hecho a mano; vegetales; y carne.

“Nuestro ramen es un poco diferente al japonés. Mi ramen se basa más en recetas del sureste asiático. Nuestro ramen, a diferencia de otros, se cocina todo junto. Todo se saltea y hierve con el caldo. Es un ramen más fuerte que el japonés. Es un sabor más intenso”, explicó José a El Mercurio.

Una de las técnicas que usa el cuencano José Antonio Vintimilla es saltear los ingredientes.

Con su propio proceso, el chef cuencano ha ido ganando adeptos al ramen, una sopa que despierta a quienes se excedieron de copas.

“Para el chuchaqui es una maravilla. El ramen es muy reconfortante, el ramen tiene que ser comida hirviendo. Mucha gente aquí espera que se enfríe, pero la gracia del ramen es que sea caliente y picante”, agregó José.

Ya sea porque están con frío o chuchaqui, o porque simplemente disfrutan de una sopa con diferentes objetos comestibles, la gente poco a poco ha puesto al ramen entre sus comidas favoritas. (I)