El Taita Carnaval de Tarqui, una fiesta para agradecer y pedir

El feriado de Carnaval 2024 en Ecuador cae el domingo 11, lunes 12 y martes 13 de febrero, según el calendario del Ministerio de Turismo.
El feriado de Carnaval 2024 en Ecuador cae el domingo 11, lunes 12 y martes 13 de febrero, según el calendario del Ministerio de Turismo.

Es algo más de las 09:00 en Parcoloma, una comunidad caracterizada por la pasividad del campo en la parroquia Tarqui. Sin embargo, el jueves 9 de febrero, ese silencio se rompió por la llegada bulliciosa de un grupo de hombres y mujeres, acompañados por la música de una banda de pueblo.

¿Dónde está el “Taita Carnaval”? se preguntan las personas, mientras se acomodan sus pantalones de tela, sus ponchos, sus sombreros y sus polleras. Antes de volver a preguntar se estiran y se agrupan para encaminarse hacia la iglesia de Parcoloma.

A medida que avanzan, la música y la algarabía llaman la atención de la comunidad. Los niños de la única escuelita que se alza entre el campo hacen una pausa en sus clases para asomarse entre el cerramiento de alambre y observar a los buliciosos visitantes.

¿Dónde está el “Taita”? Esta vez, quien pregunta, es Galo Zhagüi, el presidente de la Junta Parroquial de Tarqui.

Para aquel que no sabe qué es lo que está pasando, la música, los gritos y la preguntadera sobre el paradero del Taita, le parece extraño.

Pero claro que en la comunidad se sabe el motivo de por qué el ambiente festivo se ha tomado el lugar: es la celebración del Jueves de Compadres y Comadres.

A diferencia de otros lugares, en Tarqui tienen su propia manera de festejar lo que es la antesala del Carnaval.

Representantes de las comunidades de la parroquia rural, cada año se reúnen en el espacio de origen del Taita Carnaval. Una vez agrupados, las personas se dirigen a ciertas casas en donde trabajan las agroproductoras de Tarqui.

La idea de esas visitas es bendecir el trabajo que cumplen mujeres y hombres en la agricultura y en sus emprendimientos, a través del Taita Carnaval. Por eso es que este mítico personaje es tan buscado, porque, como dijo Hernán Loyola en sus investigaciones, “representa la abundancia”.  

En esta ocasión, el punto de encuentro de las comunidades fue Parcoloma. Allí, tras la preguntadera, se asoma Ángel Lojano, el Taita Carnaval de este año.

Vestido de poncho y sombrero, en cuyas alas reposan bombas de colores, Ángel da la bienvenida a las decenas de personas que han llegado hasta su comunidad para saludarlo.

Con él, con su representación de la abundancia y con la repartición de las bendiciones, se puede empezar el recorrido.

No obstante, antes de ello, la música vuelve a resonar. Las mujeres de pollera, que en sus espaldas cargan canastos con duraznos, higos y reinas claudias, lanzan carioca y maicena, y brindan copitas de trago para resistir el viento que resopla en Parcoloma.

Una vez que el baile termina, que la carioca se impregna en la ropa, que la maicena ha pintado los rostros de blanco y que el trago ha endurado los nervios, las gentes al unísono dicen que tienen que partir, que las comunidades les esperan.

La fiesta y su proceso

Para escoger a la comunidad que servirá de prioste, y de donde saldrá también el Taita Carnaval, el domingo que antesala al domingo de Carnaval, la junta parroquial de Tarqui organiza un evento entre todas sus poblaciones.

Al encuentro, las comunidades llegan vestidas con motivos de Carnaval y acompañadas de sus carros alegóricos y de su música. Aquellas que tengan los mejores trajes, las mejores alegorías y que cuenten con un número considerable de integrantes, son escogidas para que organicen el desfile del siguiente año.

En el caso de Parcoloma, a la comunidad le tocó organizar el Jueves de Compadres y Comadres de este 2023 mediante su Taita Carnaval. Él, que este caso fue Ángel Lojano, presidente de Parcoloma, se encarga de convocar a las gentes, de organizarlas y de prepararlas para el evento carnavalesco.  

Además del desfile y la visita a las asociaciones agroproductoras de Tarqui, los seleccionados también deben elaborar el elemento más significativo de la fiesta: la cruz que servirá para bendecir los lugares que visitan.

Y para eso hay una organización que toma tiempo y recursos que provienen de la comunidad.

Por ejemplo, gracias a la población de Parcoloma y a la gente que tuvo que emigrar a Estados Unidos para proveer a sus familias, la comunidad pudo organizar el desfile y armar la cruz.

“Sin la gente que vive aquí como en el exterior esto no se puede hacer. Hay mucho apoyo de las comunidades. Para mí, esto es un acto religioso, un acto donde agradecemos por lo recibido. Para otros es un acto de tradición, de rescatar nuestras costumbres”, contó Ángel Lojano.

Las mujeres agroproductoras

Las mujeres son parte de los personajes claves del Jueves de Compadres y Comadres. Sin ellas no habría ni evento ni asociaciones agroproductoras en Tarqui.

En esta parroquia rural de Cuenca hay 18 asociaciones que están conformadas por más de 200 mujeres que, día a día, trabajan en la tierra para proveer de alimentos a sus comunidades.

“Las mujeres somos la parte fundamental de la producción en la parroquia. No hubiera producción, no estaríamos haciendo este evento en el que recorremos nuestras comunidades para visitar a las compañeras”, aseguró Kathy Andrade, presidenta del comité central de productoras de Tarqui.

Las mujeres son clave en la producción agropecuaria de Tarqui. Un ejemplo de ello es Kathy Andrade. Andrés Mazza

Kathy también fue parte de la comitiva que partió desde Parcoloma de visita hacia las comunidades escogidas.

En cada parada, la mujer no dejó de bailar y de motivar a sus compañeras a que se unan a la celebración que terminó con una pampamesa y con la entrega de la cruz a la comunidad de Acchayacu.

Si bien el desfile y la bendición termina con el Jueves de Compadres y Comadres, el Carnaval recién empieza en Tarqui. Por ejemplo, el domingo 12 de febrero, la gente volverá a reunirse en el estadio parroquial para escoger a la comunidad prioste y al Taita Carnaval.

Luego, en los días carnavalescos, habrá reuniones familiares y comunitarias, porque para Tarqui, estas fiestas son eso: una gran razón para unirse, para compartir y agradecer que en el ruralismo de Cuenca todavía predominan las tradiciones que, en la ciudad, por su ajetreo, ya es impensable su realización. (I)