Narrativa y periodismo

Caroline Avila Nieto @avilanieto

En el auge de la discusión política de esta semana, un tema sigue siendo la constante: la narrativa en el periodismo de investigación. Curiosamente la conversación sobre la narrativa periodística ha sido asociada con la calidad y con la ética del trabajo periodístico. Es decir, las formas por encima del fondo. El debate -que raya en acusación- surge a partir del estilo que utiliza el medio digital La Posta para entregar información sobre los resultados de un trabajo de meses de investigación asociados con los cobros por contratos en empresas públicas, gestiones desde personas del sector privado para conseguir cargos y luego favores.  Personas de las que, a su vez, se ha puesto en duda la honestidad de sus intenciones. Algunas de ellas dentro del círculo cercano del presidente Lasso.

Lo que me ha llamado la atención es que la crítica desde este sector del periodismo no se hace sobre si hay o no profundidad en los hallazgos, o sobre la ratificación que poco a poco los entrevistados hacen de los audios y los documentos, sino que el periodismo ha publicado información archivada y reservada, que el dueño del medio ha fungido como un actor político más al atender el llamado de la Comisión de la Asamblea Nacional. Que los fondos, el color, el lenguaje y los términos son muy genéricos. Que hay una narrativa empleada en la información con la intención de desestabilizar.

La narrativa cobra protagonismo cuando la defensa ante los argumentos resulta limitada.  Así el país vuelve a un contexto de discusión en el que, nuevamente, es la confrontación con el mensajero lo que impera, en lugar de discutir el contenido del mensaje. (O)