Encendidos

Santiago León

Así no más. Como arte de magia volvieron a encenderse los radares colocados en la vía Cuenca – Azogues. ¿Estaban dañados o en mantenimiento? Pues no, my friend. Estábamos en campaña electoral.En la temporada que se pide el voto, se hace todo lo posible para que el ciudadano no rechace al candidato.

¡Pero qué rayos con los radares! Pues bien, este proceso de adjudicación se convirtió en el caballo de Troya de los candidatos a la alcaldía de Cuenca. Todos criticaban su instalación. Argumentaban que se los iban a colocar con fines recaudatorios, que no eran técnicos, que había sobreprecios; es más, se los quería bajar hasta con motosierra. Inclusive, asambleístas de la provincia investigan este contrato, porque el adjudicatario habría inflado los precios.

Sin embargo, una vez que se han conocido los resultados electorales, regresamos a la rutina. De tal forma, que los radares fueron reactivados. Al momento, estos equipos emiten únicamente llamados de atención a los conductores que sobrepasan los límites de velocidad. Fase de “socialización” la llaman.

Por eso, si es que le llega un correo electrónico con una notificación tome agüita y respire. Todavía están a prueba. Si llegan a funcionar, el irrespeto de este dispositivo, lo lamentará su billetera. 

¿Qué pasa si finiquitan ese contrato de manera unilateral? De seguro que a los cuencanos nos tocará pagar las cláusulas con nuestra platita. Ojalá que no lleguemos a esa instancia. Pero hay que ser claros. Finiquitar contratos unilateralmente implica el pago de indemnizaciones. ¿De dónde sacarán el dinero?

El Alcalde saliente ha dicho que él deja este proceso operando de manera técnica y transparente. Entonces sería el nuevo burgomaestre que se encargue de este dolorcito de cabeza, que fue provocado por unos cuantos funcionarios iluminados que decidieron minar la ciudad con fotoradares. (O)