Autoridades y vialidad
Cuando de intereses personales o de grupo se trata, de buscar réditos mediante el usufructo del sentimentalismo de las masas, las resoluciones y las ofertas llegan a velocidades competitivas con el jamaiquino Usain Bolt. Si no, recuérdese nomas los contratos de alta gama económica que se han realizado, especialmente en vialidad y obras de infraestructura petroleras, en donde el dólar ha embelecado a contratantes y contratistas.
Como contrapartida a estas ráfagas que se diluyen con las rescisiones y los ofrecimientos que han corrido la suerte de superar la edad de Matusalén, que según el Génesis vivió 969 años de esos tiempos. Ahí los ofrecimientos para Cuenca del nuevo aeropuerto, la rectificación y ampliación de la antigua Panamericana, las autopistas a Cumbe, Tarqui, Gualaceo, las conexiones intercantonales e interparroquiales, etc. y etc.
La planificación, la construcción y el mantenimiento vial en el sur del país es una competencia que debe ser compartida y armonizada por los gobiernos central, provincial y municipal, así que haya especificidades para cada uno de ellos. Por ello es preciso que se retome el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial de la Provincia, cuyo Plan Vial es un instrumento complementario y forzoso para el desarrollo de los 15 cantones del Azuay.
Ahora que contamos con nuevas autoridades, es necesario llamar a la unión y la concordia a fin de que trabajen mancomunadamente, se deje de lado afanes protagonistas y la condicionalidad de los patrocinadores. El pueblo es intuitivo y la experiencia le ha hecho sabio, no se dejará impresionar por la vocinglería y fanfarronada, sino por el trabajo honesto y eficiente.
Ya se ha dicho que las necesidades prioritarias son la seguridad, el empleo, la salud y la vialidad. Bien que las flamantes autoridades hayan priorizado la seguridad, pero también los otros aspectos son apremiantes, la vialidad verbo y gracia, que dicho sea de paso debería retornar al sistema de concesión de carreteras, retirado demagógicamente.
Hemos dado la bienvenida al Alcalde, lo mismo ahora al Prefecto y al Gobernador. Recordarles a ellos, y accesoriamente a los de más arriba que, sólo recuperando nuestra identidad y la misión de las jurisdicciones, podremos recuperar la unidad y la integración en la diferenciación. La ciudadanía está indigesta de la politiquería y el latrocinio, por eso, quienes apuesten por la seriedad y la honestidad, de seguro recibirán la gratitud del pueblo que los volvería a dar su confianza; caso contrario, bien saben cómo terminan. (O)