Disolución de la Asamblea

El día miércoles pasado, amparado en el artículo 148 de la constitución, el presidente Guillermo Lasso, mediante decreto ejecutivo #741, disolvió la Asamblea Nacional, llamando a elecciones legislativas y presidenciales en seis meses. Aduce el mandatario que, esta resolución la toma en vista del ataque desmedido por parte de los asambleístas, a sus gestiones y proyectos presentados en bien de la República, existiendo una constante obstrucción y generando una crisis política y de desestabilización a la democracia. Reafirma que es la mejor decisión para darle una salida y una solución constitucional al país. ¿No será también que, debido a sus crasos errores, era la última opción que le quedaba? Este hecho se produce un día después de que Lasso se presentó en el Congreso a defenderse de las acusaciones de los parlamentarios, ante una supuesta malversación de fondos, en la empresa estatal de transporte de petróleo, FLOPE. Parece que las maniobras astutas del reelegido presidente de la asamblea, Virgilio Saquicela, y la acusación feroz y desmesurada de la asambleísta Viviana Veloz, quién presentó la moción por la censura y destitución, tuvieron más eco que la defensa del presidente, ante los “ilustres padres de la patria”.  De todas formas, la muerte cruzada está en vigencia, y esta es quizá la última oportunidad que tenemos para salvarle al país de las garras inmisericordes de los revolucionarios. Por favor, despertemos del letargo, tomemos conciencia y en las próximas elecciones elijamos a gente capacitada, honesta y responsable; no a una turba de vagos asalariados, delincuentes e ignorantes en su mayoría, convertidos en obsecuentes obedientes a órdenes emanadas desde áticos oscuros, donde se planifican y se consolidan protervos y siniestros intereses.  Ojalá se logren cambios sustanciales dentro de la Constitución, a nivel del Consejo Nacional Electoral y del Consejo de participación Ciudadana y Control social, entidades que lamentablemente hoy están plagadas de obsesionados y ambiciosos “sociolistos”. Ante todo esto, el “señor” Leonidas Iza y otros turbulentos agitadores, ya están llamando a asambleas populares, para protestar en la forma en que ellos están acostumbrados. Esperamos que esta vez el señor presidente se amarre bien los pantalones, les ponga en su sitio a estos subversivos, y no permita la desestabilización del país. (O)

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