Un sendero bajo el puente

Tito Astudillo y A.

El nuevo puente sobre el río Yanuncay, entre los de Misicata y avenida De las Américas que conecta la calle Manuel Córdova Galarza y avenida Primero de Mayo, enlazando las calles Isauro Rodríguez y Carmen Malo, ofrecía descongestionar el tráfico sobre la avenida Primero de Mayo, y nuevas oportunidades para “los de a pie”, caminantes, paseantes, deportistas y los de la tercera edad disfrutando de los parques lineales a orillas del Yanuncay, a esta altura, encantador de paisaje natural y humano y el folklore de los cabalgantes de Cañaro, Barabón y más pueblos Yanuncay aguas arriba que, continúan este ritual ferial de fines de semana. Es una delicia observarlos. Ahora cada vez menor por las dificultades que opone a su paso el moderno puente.

A unos años de su inauguración, ha cumplido con su primer objetivo en la medida que el tráfico vehicular fluye con mayor rapidez, pero para los “de a pie”, para ciclistas y cabalgantes al no haberse acondicionado una pasadera bajo su estructura como tienen otros puentes modernos, obliga a pasar, con sobresalto, por una calzada de 4 carriles y abundante tráfico vehicular lineal y transversal de ida y vuelta. Claro que existe un sistema de semaforización bien ordenado pero, lamentablemente, no todos los conductores respetan por lo que, pasar en estas condiciones, es una “ruleta rusa” que nos jugamos todos los días llamando la atención a los conductores, indicando con las manos los cambios de luz de los semáforos, que muchas veces hacen caso omiso, se molestan, pitan e insultan, es que la educación vial de algunos conductores deja mucho que desear, por lo que sería importante un sistema de control con cámaras, por ejemplo.

Pero todo este engorroso sistema de control, más bien dicho de protección tanto a conductores como a transeúntes, ambos expuestos a un accidente, se podría evitar acondicionando un pasadero bajo el puente como parte de los trabajos de acondicionamiento del parque lineal, que se encuentra bien dotado de señalización, senderos, arborización nativa y áreas recreativas. Más vale prevenir que lamentar. Y que sirva de experiencia para la planificación de nuevos puentes. No olvidar a la gente que camina, cada vez más numerosa, por salud física, mental y social.