Osea ¿cómo?

Tito Astudillo Sarmiento

Planificación, organización, gestión y… ¡manos a la obra!

Planificar es trazar la meta y dibujar el trecho que divide el ¿dónde estamos? Del ¿dónde queremos estar?, desarrollando un análisis, tanto el entorno: análisis del mercado y su composición y la competencia; cuanto un análisis interno, explorando nuestras fortalezas y debilidades.

Definido el plan, identificado el punto de partida y el entorno en que nos desenvolvemos, organizamos nuestras capacidades y recursos, definimos los procesos y procedimientos, la cultura organizacional y los sistemas tecnológicos y de apoyo, para poder desarrollar las estrategias y acciones que nos permitirán llegar a la meta trazada.

El tercer paso refiere la gestión entendida como el conjunto de operaciones que se desarrollan para garantizar la operatividad del plan.

La partitura se pone en escena, la ejecución de la obra requiere operación y control, la operación significa operativizar la estrategia, desplegando las acciones que se monitorean de manera periódica para medir el impacto, alcance y efectividad de cada acción ejecutada.

Una campaña parte de la definición de la meta, el porcentaje electoral requerido para alcanzar la meta electoral, identificar el nicho electoral en el cual vamos a desplegar la estrategia, ejecutar las acciones aire y tierra de exposición del candidato en busca de las adhesiones y adherencias requeridas y, finalmente el monitoreo, generalmente a partir de encuestas u otros medios de investigación del impacto social de la estrategia para determinar su impacto y redireccionar sus resultados.

Una campaña es un proceso planificado, ordenado, secuencial y medido de acciones estratégicas en busca de una meta establecida, las encuestas sirven, sobre todo, para entender el impacto de la ejecución del plan, perspectiva desde la cual los resultados de las preferencias electorales pierden relevancia como dato aislado y solo son útiles en tanto análisis de las tendencias resultantes. (O)