Carmen

Estéfani Chalco Salgado

¡Vaya nombre lleno de valor y bondad! Este onomástico viene de hechos del pasado que perduran gracias a la transmisión de tradición de una generación a otra. En esta ocasión haré dos menciones especiales sobre este nombre.

Primero, conozcamos la celebración fervorosa a la Virgen del Carmen. En Cuenca, tenemos dos congregaciones de religiosas del Carmen: de la Asunción y Carmelitas Descalzas de San José.

Carmen deriva del hebreo, Karmel o Al-Karem, el Monte Carmelo de Tierra Santa, y significa “jardín de Dios.” En él, el profeta Elías demostró el poder de Dios ante un pueblo que profesaba fe a dioses paganos. En el mismo, se reunían personas a rezar y surge la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo. La advocación Virgen del Carmen, (título que se da a una divinidad o imagen religiosa tras una aparición en algún lugar) data de 1251, cuando la Virgen se apareció a San Simón Stock, de la Orden Carmelita, un 16 de julio, y le entregó el escapulario con la promesa de que no padecerá del fuego del infierno quien portase el mismo. En otra aparición, prometió sacar el sábado siguiente, a quien muriese portando el escapulario, del purgatorio.  Las religiosas del Carmen bordan estos escapularios a mano, todos los días. Como se mencionó en un artículo anterior, el arte religioso tiene una valía especial, que une lo material al deseo de ofrendar el trabajo a la divinidad.

En otro ámbito. Desde el Renacimiento al Romanticismo, surgió la Ópera como una nueva forma de experimentación y expresión de las artes. Su componente principal es contar una historia épica, mitológica o romántica. Así, Georges Bizet compuso Carmen, una de las más valiosas y conocidas óperas a nivel mundial. Un espectáculo de 2 horas y 40 minutos en el que se fusionan voz, teatro, escenografías con artes plásticas, danza, música, actores, orquesta, y mucho más. Estoy segura que la melodía que muestra la libertad de la protagonista, “La Habanera” es conocida por todos, pero reconocida y asociada a esta ópera por pocos.

Otras importantes mujeres con este nombre son: Carmen Serdán (heroína revolucionaria de México), Carmen de Burgos (escritora, periodista y activista por los derechos de las mujeres), y por supuesto mi amada madre: María del Carmen. ¡Qué Viva nuestras Carmencitas, Carmelitas o Carmitas! (O)