Masacre del 2 de agosto de 1810

Hugo Lucero Luzuriaga

Hoy 2 de agosto, recordamos el motín que terminó en una masacre, donde fueron asesinados valerosos quiteños por fuerzas realistas en represalia de que el pueblo sublevado asaltó a dos cuarteles y una cárcel en función de liberar a los prisioneros que habían participado el año anterior en la “Primera Junta de Gobierno Autónomo de Quito”. Fecha que merece ser recordada como un ejemplo para presentes y futuras generaciones, que lucharon en defensa de las mayorías que estaban bajo el yugo español.

Fecha, que debe ser la motivación y la muestra, que cuando el pueblo llega a colmarse es capaz de luchar contra los opresores, terminando en grandes epopeyas o derrotas, empero, sin acabar con la ilusión de ser libres. Fecha, que también nos recuerda que los ofrecimientos y frustraciones han ocupado gran parte de la historia ecuatoriana, involucrando a personajes repetidos o generaciones similares que persiguen seguir dominando a las mayorías. Producto de lo referido apareció ya en Quito la famosa frase: “Ultimo día del despotismo y primero de lo mismo” y luego como bien nos recuerda Enrique Ayala, siguieron y seguirán apareciendo “grafitis” como: “Somos mártires de una causa perdida”, “Sueño en un paraíso sin manzanas y un Ecuador sin chapas”, “No maten las ideas, son una especie en extinción” …

Y, seguimos buscando paz y libertad, porque nunca estaremos en calma, peor seremos libres cuando se incrementa la pobreza, desocupación, inseguridad y otros males que hoy más que nunca ofrecen eliminar todos los candidatos a presidente, y “hasta los candidatos a asambleístas” prometen en darnos un país no igual, pero parecido al cielo, en donde todos seamos iguales y felices.

Utopías de un Ecuador, con una mayoría de políticos mitómanos que ojalá recuerden que el 2 de agosto de 1810 hubo patriotas que dieron su vida por ver a un país libre de embusteros y pobres. También no se olviden lo que ya mencionó el gran Horacio: “LA JUSTICIA, AUNQUE ANDA COJEANDO, RARA VEZ DEJA DE ALCANZAR AL CRIMINAL EN SU CARRERA”. (O)