Sus primeros habitantes lo llamaron “paraíso encontrado”. Se trata de Patul, un pintoresco y centenario caserío de la parroquia Molleturo en el Azuay. Está emplazado en el macizo del Cajas a orillas de la laguna Cochuma. La neblina, el páramo y los extensos pajonales caracterizan el paisaje.
Como si el mundo exterior envejeciera y Patul se hubiera detenido en el tiempo. Los pobladores viven de la ganadería y la agricultura. Tienen sembríos de papas, ocas, melloco, habas y arveja.
Las viviendas son de adobe y años atrás conservaban su techo de paja, pero en algunas de ellas este ha sido reemplazado por zinc, un material de construcción ingresado por los comuneros con grandes esfuerzos a lomo de acémila y caballo.
“Hemos sufrido muchísimo por la falta de transporte”, dice Carmen Soliz.
Los pobladores de Patul recuerdan que, en febrero de 2022, un grupo de personas tuvo que trasladar en una camilla improvisada a un paciente de la tercera edad; en un trayecto de unas cuatro horas, a pie, hasta la vía principal Cuenca-Molleturo- El Empalme para que reciba atención médica.
La gente de estas poblaciones debe sacar sus productos a Cuenca y a su vez ingresar lo que necesita para su día a día. Para ellos es un “viacrucis” trasladar un tanque de gas de uso doméstico.
Carmen Soliz, moradora de Patul. Los habitantes conservan las casas de adobe, algunas viviendas mantienen su techo de paja, pero en otras se ha reemplazado por zinc. XCA
Problemática
El conflicto por abrir una vía de acceso hasta Patul, se remonta a 2009. A punta de pico y pala, los moradores empezaron a trazar una senda para comunicar también a poblaciones aledañas como Guagualcay, La Granja, Hornillos, León Huayco, Chacanceo, Baute, Chocarsol y Carguay.
Sin embargo, al tratarse de una ruta ilegal, esta fue cerrada. Gustavo Morejón, Biólogo y ex Director Regional de Medio Ambiente zonal 6, recuerda que hubo varios intentos de los pobladores por abrir un sendero de ingreso, por varios tramos.
“Si no se llegaba a un consenso iba a convertirse en un problema más grande. En 2019, bajo la dirección del Ministerio de Medio Ambiente Regional 6, se convocó a los actores y debido a la necesidad de la gente se decidió abrir una vía”, mencionó Morejón.
Se trata de un camino de tercer orden, de difícil ingreso a la comunidad de Patul. Tiene una longitud de 11,3 kilómetros con un ancho de siete metros y un emplazamiento en 7,91 hectáreas.
La vía de acceso a Patul une la vía Cuenca-Molleturo, en el sector de Biscochos, con las comunidades de Baute y Patul. Para su ejecución se hizo el ‘Estudio de Impacto Ambiental para la construcción de una vía de tercer orden desde la vía Cuenca-Molleturo hacia Patul”.
Implicaciones
“Esta vía, desafortunadamente, pasa por el Cajas. Entre las implicaciones que se tiene está una afectación directa al pajonal, al ecosistema de bosque de alta montaña, el corte del flujo normal del agua”, indica Morejón.
Agrega que, las implicaciones se extienden a la fauna, al tratarse de una zona que es hábitat de animales como el lobo de páramo, el oso andino, pumas y varias especies de aves, entre ellas, el tucán andino y la metalura del Azuay, un colibrí endémico de los Andes.
Adicional, tiene un efecto directo sobre la mesofauna endémica del suelo del páramo del Cajas.
Sin embargo, el biólogo señala que hay dos alternativas. La primera, es optar por la vía que va por fuera del Parque Nacional Cajas, pero es más costosa y más larga. Y la segunda, es una vía de alto control ambiental en la cual no se permita el paso a cualquier vehículo y que sea construida con tecnología de bajo impacto.
El Mercurio intentó contactar con una vocería de ETAPA, pero se solicitó dirigir el requerimiento al Ministerio de Ambiente. ETAPA, empresa pública del Municipio de Cuenca está a cargo de la administración del Parque Nacional Cajas (PNC).
Mingas
Desde hace algunos años, los pobladores de Patul llevan a cabo una serie de mingas para ampliar la vía. El pasado sábado, con pico y pala los comuneros cumplieron una jornada más.
“Nos hace falta Internet, no hay señal. Nos podemos morir y no tenemos comunicación. Hemos decidido hacerlo así porque no nos dan oídos. Nos prohíbe el Ministerio de Ambiente, ETAPA (…). Ahora ya llegan los carritos a la comunidad de Patul, Carguay, Gaugualcay”, cuenta Carmen Soliz.
Debido a la migración ocasionada por la falta de vía y de servicios, la población de los caseríos es escasa. La vía es de uso de los comuneros y los vehículos que pueden ingresar son de doble tracción o 4×4, transporte que es costeado por los habitantes que lo necesitan.
Seis horas a caballo
Carlos Soliz, dueño de una propiedad ubicada a una hora y media de Carhuita, viaja cada semana para rodear su ganado. Desde el carretero principal en la vía del Cajas, le toma seis horas en caballo llegar hasta su finca. Carlos comenta que el acceso en vehículo es complicado porque la vía es estrecha.
Carlos Soliz, viaja a su propiedad ubicada a una hora y media de Carhuita. XCA
Más facilidad
Rolando Carabajo, habitante de la parte baja de Patul, asegura que, antes se entraba al lugar solo a caballo o lomo de mula y ahora hay más facilidad. “Quienes tienen dinerito pagan una carrera y se acercan más a las casas de las comunidades”, comenta.
El esfuerzo de la comunidad les ha permitido tener energía eléctrica, pero no tienen servicios telefónicos; hay una escuela, pero no hay colegio y el dispensario médico más cercano está en Molleturo a 39 kilómetros.
Y es que una de las necesidades es precisamente el mejoramiento de la vía para comunicarse y mejorar su calidad de vida. Y es ahí donde se revive el eterno conflicto de Patul, entre el desarrollo y la conservación porque el ser humano y la naturaleza deben ser cuidados. (PNH)-(I)