Tres especialistas en comunicación política coincidieron en que al debate de los candidatos a la Presidencia del Ecuador le faltó profundidad; sin embargo, creen que sí influirá en los indecisos para que decidan su voto.
A criterio de Juan Fernando Carranza, catedrático universitario y máster en marketing, Luisa González se mostró más segura y consistente en sus respuestas, réplicas y preguntas.
“Se notó en la candidata un buen uso del dato duro y un conocimiento del manejo del Estado. Esto muestra mayor aplomo y seguridad a la hora transmitir el mensaje…”, insistió.
Para Carranza, González logró en este segundo debate transmitir sus propuestas y otros mensajes con mayor claridad que en el primero, donde estuvieron los ocho presidenciales.
Por otro lado, de acuerdo con Carranza, Noboa demostró que le falta conocimiento respecto al manejo del Estado, además de que dejó algunas preguntas sin respuesta.
Considera que Noboa no supo ceñirse al formato del debate por lo que perdió tiempo y desaprovechó algunas oportunidades de posicionar sus mensajes.
Metodología no dio posibilidad a profundidad
Al ser consultado sobre la metodología del debate, Carranza opinó que esta siempre será perfectible, más aún cuando en Ecuador no hay una madurez respecto a estos encuentros.
Para Carranza el desempeño de Ruth del Salto como moderadora fue bueno porque hizo respectar las reglas del debate y además formuló preguntas precisas y claras.
Cree que el debate “empujará una tendencia e inclinará la balanza, pero como faltan 13 días no será el único elemento definitorio para la votación a pesar de que generó un importante interés”.
Presionado
Para Caroline Ávila, PHD en comunicación y también catedrática universitaria, Noboa llegó presionado a este segundo debate y asimismo con una menor posibilidad de sorprender.
Ávila analizó que fue una constante que Noboa se demore en iniciar sus respuestas, aunque usó algunas frases que pueden ser buenos recursos comunicacionales.
Por ejemplo, el mensaje de que cuando no hay corrupción el dinero alcanza y que es necesario eliminar la tabla de posesión de droga, para combatir los problemas de drogadicción.
Además, esta docente hizo notar que Noboa ingresó al set del debate sin interactuar con los medios de comunicación y también se retiró de una manera abrupta, sin contestar preguntas de los periodistas.
Por su lado, a decir de Ávila, González mostró un mejor desempeño que en el primer debate y pudo sorprender, además de que evidenció soltura y firmeza.
Mayor calidad
“En la segunda vuelta se espera ver un debate entre presidentes, es decir se espera mayor claridad, profundidad, un mejor desempeño de quienes están debatiendo…”, mencionó.
Esta profesora considera que Ruth del Salto mostró mayor profesionalismo que quienes moderaron el primer debate, pues fue evidente que buscó menos protagonismo.
Cuestionó el hecho de que tanto esta moderadora cuanto los anteriores interrumpieron a los candidatos, lo que los descoloca y no da fluides en la interacción.
En este debate Noboa aprovechó para cuestionar a José Serrano, exministro del Interior, mientras que González nombró a Bernardo Manzano, exministro de Agricultura y Ganadería.
Los temas no se debatieron a profundidad
Martina Salgado, politóloga y asesora en comunicación política, cree que los temas del debate si bien están en la “conversación” de la población, no fueron tratados a profundidad.
“Hablaron de economía, seguridad, la parte social, política, Fenómeno del Niño, dolarización, educación, salud, gobernanza, seguridad social, relaciones internacionales y esto fue positivo…”, mencionó.
No obstante, considera que faltó profundidad y decir cómo van a financiar los proyectos y políticas que proponen los candidatos, pues esto es lo más importante.
“Resalto como positivo que la gente está interesada en el debate, hay señales de que la ciudadanía se preocupa de lo que dicen y ofrecen los candidatos y esto es bueno para la democracia…”, citó.
Detalles
Grupos defensores de los derechos de la mujer cuestionan de que en el debate no se haya incluido este tema.
Luisa González y Daniel Noboa coincidieron en la necesidad de militarizar los puertos y aeropuertos.
La tabla de posesión de drogas fue un punto que marcó la interacción entre Luisa González y Daniel Noboa.
