Fuerzas y colonos israelíes mataron a 58 palestinos en Cisjordania ocupada desde que estalló la guerra entre Israel y el grupo islamista Hamás en Gaza hace diez días, y siguen las redadas que se saldaron con la detención de al menos 360 palestinos, entre ellos unos 210 sospechosos de pertenecer a Hamás.
Esta madrugada, un joven palestino de 21 años murió tras recibir disparos en la cabeza de fuerzas israelíes en el campo de refugiados de Aqabat Yaber, en la ciudad de Jericó, y otras tres personas fueron heridas, una de ellas grave, dijo el Ministerio de Sanidad palestino en un comunicado.
A su vez, las fuerzas israelíes arrestaron estas últimas horas a 73 palestinos en incursiones en varios puntos de Cisjordania, entre ellos Belén, Salfit, Ramala, Nablus, Tulkarem, Hebrón o Jericó, dijo la agencia oficial de noticias palestina Wafa.
Un portavoz militar confirmó a EFE que el Ejército israelí ha lanzado una amplia campaña de detenciones durante la pasada noche.
«Durante la noche fueron detenidos 40 sospechosos, buscados por participación en actividades terroristas, y se han confiscado numerosas armas. De los detenidos sospechosos, unos 20 son miembros de la organización terrorista Hamás», indicó el portavoz.
Confirmó la incursión en Aqabat Yaber donde, dijo, las tropas israelíes fueron recibidas «con disparos y cócteles molotov, a los que respondieron disparando», y que una persona «fue alcanzada», mientras que no hubo heridos entre los soldados.
En el barrio de Dheisha, al sur de Belén, las tropas dispararon contra palestinos que les lanzaron piedras y material pirotécnico, agregó.
Por otra parte, hoy falleció un palestino que fue herido en la cabeza en enfrentamientos en Tulkarem el pasado viernes, mientras que el total de heridos o afectados por intervenciones policiales con gas lacrimógeno desde hace diez días por toda Cisjordania son más de 1.250, concreta Sanidad.
Cinco de las víctimas mortales registradas en los últimos diez días fueron asesinadas por colonos israelíes ultraderechistas, que han intensificado también sus habituales actividades de acoso contra pueblos palestinos, destruyendo terrenos agrícolas, dañando casas y agrediendo a personas, a menudo a tiros.
La tensión en Cisjordania ha aumentado enormemente desde que Hamás lanzara, el 7 de octubre pasado, un ataque por tierra, mar y aire desde Gaza, que causó al menos 1.400 muertos, la gran mayoría civiles, y ha desencadenado un duro contraataque de Israel, que lleva diez días bombardeando la Franja de Gaza, con un saldo, por ahora, de al menos 2.750 palestinos muertos y 9.700 heridos.
Cisjordania, territorio ocupado por Israel desde 1967, está parcialmente bajo administración de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), formada por el partido Fatah, grupo enfrentado a Hamás desde 2007, cuando el movimiento islamista le arrebató el control de Gaza.
Aun así, Hamás tiene amplia presencia en territorio cisjordano, con influencia entre su población, y en muchas localidades hay grupos vinculados a las Brigadas al Qasam, su brazo armado, que se atribuyeron varios ataques contra fuerzas de seguridad y colonos israelíes a lo largo de este año, el más mortífero que se vive en Cisjordania desde los tiempos de la Segunda Intifada (2000-2005).
Los muertos en territorio cisjordano en los primeros siete días de la guerra también marcan la cifra más alta de fallecidos en una semana en, al menos, las últimas dos décadas. EFE