El ‘tesoro natural’ de la familia Vega

Vista del sendero dentro del jardín de la familia Vega, localizado en la parroquia Turi. /FCS
Vista del sendero dentro del jardín de la familia Vega, localizado en la parroquia Turi. /FCS

La parroquia Turi, sur de Cuenca, tiene un de los secretos mejor guardados de la naturaleza local: un jardín de 4.000 metros cuadrados diseñado por afamado ceramista Eduardo Vega.

Su hija, Federica, es la custodia del jardín y de ‘Amapola Bistro’, un espacio gastronómico de autor al que se accede atravesando la casa de la familia aunque está en construcción un paso directo al restaurante.

Eduardo Vega creó este sendero con un fin protector debido a la particularidad del terreno y a la pendiente natural que posee la geografía de Turi.

Poco a poco moldeó un corredor natural por el que es posible transitar y huir del bullicio de la transitada Circunvalación Sur y del movimiento comercial y turístico de Turi.

Un tótem da la bienvenida a quines recorren el sendero del jardín. Federica Vega cuenta que la escultura no tiene un fin artístico o decorativo, más bien es la “guardiana” de las semillas.

En este punto no solo comienza la visita al jardín, inicia un recorrido guiado en el que se resalta lo importante de conservar las semillas.

Pero igual de importante es generar un nuevo ecosistema con la diversidad. Ver, por ejemplo, como conviven el pumamaqui (mano de puma traducida al castellano), planta autóctona de Ecuador, y una acacia australiana es un placer visual.

“Maravilla ver como pueden vivir juntos”, dice Federica durante el recorrido.

Ella acompaña durante todo el trayecto y al caminar relata algunas historias de la región, relatos de los antiguos, de las plantas y de la cultura local.

Mientras uno observa como se mueve el jardín repleto de vida, las leyendas ancestrales fluyen en conversaciones que se matizan con el sonido del viento chocando las ramas y el sonido de las aves que habitan en el gigante jardín.

Para el exigente y atento caminante hay detalles que no pueden pasar desapercibidos y que están muy ocultos entre la naturaleza.

En el sendero hay obras en cerámica que Eduardo Vega hizo a su familia, como la cascada que lleva el nombre de su hija Federica, un sitio en recuperación pero que nutre el encanto del ambiente.

Esparcidos en el piso del sendero también hay restos de cerámica, residuos de la ciencia con la que la familia ha ‘cocido’ su historia a fuego lento.

Ocultas entre las plantas hay esculturas como un tigre al asecho y una lechuza dentro de una gigante vasija.

Muchas son obras de amigos de Vega como la artista quiteña Dolores Andrade.

Un deck para actividades premium

Pero si de exclusividad se trata, este jardín cuenta con un lugar único en la ciudad. Se trata de un deck volado, una especie de terraza en la parte baja del jardín.

Este es un espacio al que Federica califica de premium, de lugar especial y adecuado para, por ejemplo, pedidas de mano y actos como encuentros espirituales, clases de yoga y cenas. “El ‘sí acepto’ nunca falla”, comenta con una sonrisa de complicidad.

Es un sitio exclusivo y alucinante. De preferencia lo recomiendan durante la noche. Esto va acompañado de música en vivo y gastronomía. El alquiler tiene un costo que se adapta al presupuesto del cliente.

El deck es el preferido de los Vega, Federica lo usa para meditar, para la práctica espiritual, respirar y reconectar con la naturaleza. “Es un lugar simbólico cargado de energía”.

El principal desafío es adaptar la luz, pues no pueden iluminar con luz natural. Por ello usan velas y pequeñas luces alimentadas con energía solar: luz amigable con el entorno.

Todo esto envuelve al ‘tesoro natural’ que esconde Turi y que por primera vez se abre al público de Cuenca y el mundo. (I)

Ubicación y horarios

El jardín de la familia Vega está justo antes de llegar al mirador principal de la parroquia Turi, al sur de Cuenca. Es fácil identificar el acceso, por una escultura en cerámica con la imagen de dos colibríes.

El conjunto arquitectónico de los Vega está configurado por la casa, el taller y el restaurante ‘Ampaol Bistro’.

El espacio gastronómico abre de martes a sábado, de 12:30 a 16:00; y, de 18:00 a 23:00. Para visitar el jardín se requiere de cita anticipada contactándose al 098 757 0908. (I)

CIFRAS

5

personas es la capacidad mínima y 15 la mayor de visitantes que se permite acceder a este espacio natural en la parroquia Turi.

7

dólares por persona cuesta el ingreso al jardín de la familia Vega. Lo recaudado sirve para mantener el espacio y los recorridos.