Política y Sociedad

En el Ecuador, y en la mayoría de países de reivindican tener un sistema político democrático, la política es concebida como una actividad que debe circunscribirse y realizarse en el marco del Estado; soslayando la posibilidad de construir la política desde los ámbitos de la sociedad y sus organizaciones; de aquí que, más allá del discurso y pesar de lo que dice la Constitución, no se promueve sino más vale se busca debilitar las organizaciones ciudadanas como espacios de una acción política autónoma del  Estado y de los partidos.

Sin embargo, en un sentido innovador y democratizador de la política, esta no debe definirse sólo como una actividad referida a lo público estatal; sino también como una actividad referida a lo público no estatal, o lo público-social, que es el espacio donde incluso es posible dar un nuevo significado al concepto de política.

En efecto, si en su sentido tradicional la política es una actividad que se relaciona específicamente con el poder del Estado; en un sentido nuevo la política, como dice Fernando Mires en La revolución que nadie soñó, es una actividad que se relaciona con la construcción de espacios o de movimientos que hacen público o convierten en un interés general ciertos ámbitos o aspectos de la vida que antes eran considerados privados o particulares. Se trata de una concepción no institucional o no convencional de la política, que se expresaría a través de los nuevos movimientos sociales, o de aquellas formas de participación de la gente estructuradas en el mundo de su vida diaria.

Ese nuevo espacio de lo público, lo público no estatal, debe ser protagonizado por los mismos ciudadanos, y es lo que constituye la esencia de la llamada sociedad civil. Como dice el mismo Mires: “Civilidad quiere significar que en el campo de lo social ha surgido un espacio político que no pertenece exclusivamente al Estado”. La sociedad se constituye como civil cuando mediante la actividad política los ciudadanos deciden ejercitar partes del poder que normalmente debería ser delegado, una decisión que se da a partir del aparecimiento de iniciativas y movimientos desde la sociedad, que muestran públicamente su malestar al no sentirse representados por los llamados políticos y sus partidos. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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