Fernando Villavicencio, el candidato presidencial asesinado en agosto pasado a pocos días de la celebración de las elecciones en Ecuador, recibió este miércoles 6 de diciembre de 2023 un homenaje póstumo y la condecoración del ‘Gran Collar Ciudadano San Francisco de Quito’, otorgado por un colectivo civil de la capital ecuatoriana.
El hijo menor de Villavicencio fue el encargado de recibir la condecoración en una ceremonia celebrada en la sala capitular del Convento de San Agustín, ubicado en el centro histórico de Quito, a la que asistieron familiares, amigos y seres queridos del periodista y político asesinado.
Esta distinción fue entregada de manera particular después de que no prosperase la iniciativa para que Villavicencio recibiese el ‘Gran Collar San Francisco de Quito’ que otorga el Concejo Metropolitano de la ciudad, distinción que recayó en el club de fútbol Liga de Quito, recientemente ganador de la Copa Sudamericana.
Además, se da con motivo del aniversario de la fundación española de Quito, que se conmemora este miércoles, por el que se hizo este tributo póstumo a Villavicencio, a tres días de cumplirse cuatro meses del atentado mortal.
En la ceremonia, la escritora y poeta Sara Serrano Albuja aseveró que «la lucha de Villavicencio es ya eterna y este gran collar irá con él hasta lo más alto en la eternidad», al comparar su partida con las de los autores de la declaración de independencia de Quito, que fue uno de los acicates del proceso de emancipación de Suramérica.
«Los héroes no se quedan nunca en una catacumba o en una lápida. Son semilla, son luz y trascienden en el tiempo y viven en el corazón de la patria», explicó Serrano Albuja.
«Por eso, esta postulación es un collar de eternidad para Fernando Villavicencio, quien se identificó como la junta soberana de Quito con el alma misma de la libertad, la justicia y democracia de esta ciudad, que hoy lo reconoce como toda esta patria lo hace», concluyó.
En ello coincidió Óscar Terán, promotor de la iniciativa, quien calificó a Villavicencio como un mártir y señaló que «los mártires son para dejar símbolos».
Mientras, María Amparo Sotomayor, filósofa de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (PUCE), afirmó que la muerte de Villavicencio «es lo más triste» que le tocó vivir en su vida política e hizo un repaso a la biografía del periodista político, nacido en 1963 en Alausí, en la céntrica provincia andina de Chimborazo.
Villavicencio fue asesinado el 9 de agosto a la salida de un mitin electoral en un recinto escolar del centro norte de Quito, donde al abordar el vehículo fue acribillado a tiros de arma de fuego por un grupo de sicarios colombianos, en un ataque a corta distancia.
Como candidato había prometido una férreo combate a las mafias de la corrupción, el narcotráfico y el crimen organizado, por lo que su asesinato causó una gran conmoción en Ecuador, que vive una ola de violencia sin precedentes causada por el auge de las organizaciones criminales.
Esta era la primera candidatura presidencial de Villavicencio, que se hizo conocido por sus investigaciones periodísticas y en particular por sus denuncias sobre corrupción, con las que se configuró como uno de los principales opositores y enemigos políticos del entonces presidente Rafael Correa (2007-2017).
El pulso contra Correa, que contrademandó a Villavicencio en los tribunales, le llevó a refugiarse en las comunidades indígenas de la Amazonía y luego a pedir asilo político en Perú, una petición que no llegó a completar ya que regresó a Ecuador después de que el correísmo perdiese el poder para iniciar su carrera política, con la que fue asambleísta entre 2021 y 2023 antes de lanzarse a la Presidencia.
La mayoría de los procesados por el asesinato están muertos en circunstancias aún no esclarecidas, entre ellos los siete colombianos que participaron en la ejecución del atentado.
Por su parte, las investigaciones, que cuentan con el apoyo del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos, no han logrado dar con el autor intelectual, ante indicios que apuntan a una de las principales bandas criminales que operan en el país. EFE