Minería, un engranaje clave que el nuevo gobierno no podrá obviar

Rebeca Illescas ex Ministra de Minería. Directora del Laboratorio de Innovación Social Minero Energético de la UTE

Un nuevo gobierno ha comenzado y el escenario económico plantea la necesidad de cubrir deudas en más de USD 9.200 millones, según una proyección del banco Barclays. Esto en medio de crisis estructurales como seguridad, empleo, desigualdad, migración, factores como el Fenómeno del Niño o el cierre del bloque petrolero ITT, las pocas capacidades estatales e incertidumbre política de los últimos años, enfrentan al Presidente Daniel Noboa asumir su gestión en un escenario complejo.

Sin embargo, hay sectores de la economía como la minería industrial que, por su propia naturaleza como creadores de trabajo, valor, presencia territorial y demanda global; pueden volverse claves en la creación de valor compartido para atenuar la incertidumbre y las crisis.

Las exportaciones de minerales han alcanzado los USD 1.952 millones entre enero y julio de 2023, un 21,42 % más que en el mismo periodo del año pasado (USD 2.310 millones), según cifras del Ministerio de Energía y Minas. Convirtiendo al rubro de las exportaciones mineras en el tercero de no petroleras, y el primero de no tradicionales. De manera adicional, entre enero y mayo 2023 el sector minero ha aportado en recaudación tributaria con USD 465MM. Así, la minería industrial es la actividad económica que más inversión extranjera directa trae al país. Generando consigo un acumulado de 42.028 empleos directos y 126.085 empleos indirectos a la actualidad.

Pese a los buenos números y mejores proyecciones, a la fecha de acuerdo a lo planificado, la minería ya debería aportar con más del 4 % al PIB. De manera lamentable, por elementos como la falta de gestión pública oportuna, el desconocimiento sobre cómo se realiza una industria minera moderna y la falta de entendimiento de este sector por parte de todos los actores involucrados; hoy no solo que se pierden mayores ingresos al Estado, sino que se ha generado un descontrol del territorio que promueve actividades ilegales sumamente graves.

Para la provincia de Azuay la minería es una oportunidad, no solo por el aporte a la economía del Estado, sino por el potencial desarrollo local sostenible. Esto implica no solo encadenamientos productivos y generación de empleo, sino también apoyo al control de su territorio y programas para el cuidado del ambiente en zonas mineralizadas. Es imposible lograr un desarrollo sostenible sin políticas claras de aprovechamiento responsable y cuidado del ambiente. Entender susceptibilidades ambientales y sociales, aceptar las diferencias y las divergencias para sentarnos a construir un diálogo permanente y abierto, es más que necesario.

La industria puede ser ese engranaje clave, aportando más del 20% de lo que necesita el país en comparativa con la necesidad de endeudamiento. La minería es entonces, una solución única en el corto plazo para la economía, una urgencia social que deberá dar respuestas el nuevo gobierno y la oportunidad de abrir una discusión necesaria sobre el desarrollo en el país. (O)