Día de Inocentes, el arte de engañar y reír

Cuenca se caracteriza por mantener sus tradiciones, una de ellas es el Día de Inocentes. Pocos han sido los esfuerzos por mantener esta celebración desde el 28 de diciembre hasta el 6 de enero. Solo el desfile de Mascaradas es una de las atracciones que intentan sostener esta fiesta local.

No obstante, la historia de la ciudad relata que hace dos o tres décadas, eran permitidas las bromas, incluso las pesadas. Es más, era la forma de vivir el Día de Inocentes, una actividad cultual que se funde entre lo religioso católico y lo pagano.

En la región sur del país, Cuenca es la única ciudad que sostiene esta celebración. En las provincias del norte, como Pichincha y Tulcán, aún se mantiene vigente.

En tanto que en Cuenca, si bien existe el desfile de ‘Mascaradas’ el 6 de enero, aun hay pequeños esfuerzos que marcan un camino a seguir para mantener la tradición desde el 28 de diciembre.

El más notable es el del grupo de artes escénicas Barojo, quienes hasta hace dos años, con la típica jocosidad del ‘arlequín’, la seriedad del ‘Doctor’, la coquetería de las ‘doncellas’ y del ‘Don Juan’, sorprendían a los transeúntes con actuaciones, diálogos, expresiones, interpretaciones e irreverencias.

Era el pregón de la celebración local. Pero no era nada nuevo. Esta acción se tomaba las calles de Cuenca desde hace muchos años atrás.

Piotr Zalamea, director de Teatro Barojo, es quien encabeza esta iniciativa desde 2009, junto con integrantes del colectivo artístico. Con el apoyo de Pablo Coronel, usan trajes de los personas de la ‘Comedia del Arte’.

Revestidos así, suelen recorrer las calles del centro de Cuenca llevando “un mensaje de alegría y anunciando el inicio de los Inocentes”, comenta el director de teatro.

Para el gestor cultural, apoyar esta tradición permite recuperar elementos de la cultura que se han perdido con el tiempo.

Zalamea explica que la crítica y la sutil jocosidad son la esencia de la fiesta de Inocentes que debe conservarse, pero a la vez, evitar priorizar la pomposidad y las estructuras gigantes sobre las ideas.

El actor Carlos Lituma inició con Zalamea esta actividad. Casi siempre se viste de arlequín para divertir a la gente. Este atuendo es el que más le gusta.

Cree que el pregón es importante para recuperar el verdadero significado de Mascaradas y las inocentadas. Su personaje no se burla de la gente, sino de las situaciones cotidianas de la vida, sostiene el artista.

Manifestación

Las comparsas, en su mayoría, estaban compuestas por jóvenes provenientes de los diferentes barrios céntricos e históricos de Cuenca.

El recorrido tradicional del desfile comenzaba en San Blas y terminaba en San Sebastián, en sentido opuesto al Pase del Niño Viajero, posiblemente porque es la representación de persecución a los inocentes.

Hubo una época en la que la celebración se trasladó a la avenida Fray Vicente Solano y hoy se la vive en la avenida Huaya Capac. Ahora la participación involucra también a instituciones educativas y universidades, que han pasado a tener protagonismo en esta manifestación.

Pero hay familias y personajes de la ciudad que también se distinguen por su trabajo y puesta en escena cargadas de crítica. (FCS)-(I)

DATOS:

  • En la cultura latina, esta fiesta se ha adaptado a las costumbres de cada pueblo, generando un sincretismo con las tradiciones de cada pueblo.
  • El desfile de Mascaradas se realiza en la avenida Huayna Capac, antes en la avenida Solano y en la calle Bolívar.

CIFRA

70.000

personas se estima que acuden cada año para observar las diferentes comparsas de grupos, familias, barrios e instituciones de la ciudad.

Origen de la celebración

El origen del Día de los Inocentes se remonta al siglo V, cuando la Iglesia Católica empezó a celebrar esta fiesta en memoria de los niños que fueron masacrados en Judea por Herodes poco tiempo después del nacimiento de Jesús, quien se suponía suplantaría el trono.

Luego, la conmemoración que tenía un carácter enteramente religioso, se vio influenciada por otros elementos de carácter pagano. Se recuerda que en la Edad Media se celebraban con mucho bullicio y desorden en algunos lugares de Europa.

Personajes precedían todo un ‘carnaval’ en el que la gente se enmascaraba y usaba traje extravagantes. En Cuenca, las bromas, sátiras y mascaradas se mantienen desde tiempos de la Colonia.

La palabra ‘inocente’ en este contexto, se refiere a alguien ingenuo, cándido y fácil de engañar. De allí que el sentido religioso de la fiesta se haya desvirtuado y que en esta fecha. (I)