Plomiza y no de bala

Santiago León

Así es mi querido amigo. Los ecuatorianos ya estamos acostumbrados al plomo. Cada día hay bala por todo lado. Caen justos e inocentes. A los gatilleros no les importa nada. Únicamente darle de baja a la persona señalada. El sonido de las pistolas y metralletas es parte de nuestra banda sonora diaria.

Pero ojo. Ahora hay más plomo para nosotros. Y esta vez en los alimentos ¿Cómo es el asunto? Bueno, ahí les va. Resulta que un medio digital empezó a investigar, porque un pajarito les comentó, que la canela de ciertas marcas que se venden en el país contenía plomo. Los analistas concluyeron que colocan el metal peligroso para agrandar el volumen de la producción.  Más o menos parecido cuando mezclan agua con la leche, para que aumente.

Pero las investigaciones revelaron datos alarmantes. Es que no solo era la canela, sino que otros productos como las salsas de tomate, embutidos, purés y otras especias. Rápidamente, las marcas indicaron que ellos cumplen con todas las regulaciones sanitarias a nivel internacional. Pero que en nuestro país no hay una normativa clara, por lo que están en circulación sin mayor inconveniente. Básicamente, dijeron que no joroben.

No nos queda más que alimentarnos como los antiguos. De desayuno puede empezar con un mote pillo con huevitos runas, quesillo, cafecito pasado en media y pancito mestizo. ¿Qué le parece la propuesta? Para el medio día no estaría mal un caldito de gallina con un contundente sequito de pollo, con arrocito, locrito de papas, y una ensalada fresca con los vegetales de su huerto. De noche, para que no duerma con llenura, prepárese un platito de habitas con queso y mote.

Vea nada más. Esa propuesta de menú no le ha salir muy caro. Se ahorra billete y de paso no engordará. Zamparse comidas procesadas, frituras, con transgénicos, de seguro le pateará la panza. Y claro, su esbelta figura se verá opacada por las libritas que están demás. Más bien procure no comer esas pavadas, su organismo le agradecerá. (O)