Hacerse la del “Dj“

Santiago León

¡Chispas! Esto sí que se está pasando de la raya. Lo que hizo o deje de hacer una asambleísta con su vida y sexualidad es cosa privada. Cada uno con sus gustos y fetiches. Pero como a muchos les interesa el morbo. Las bascosidades. Esos temitas calenturientos empiezan a generar opinión pública y de la mala. La carnal.

Parece que la vida sexual de los políticos interesa más que los temas que son prioridad. Se debate mucho de la clase moral de la licen Mafer Vargas, cuando producía contenido para adultos. Se habla de sus fotos en traje de Eva acompañada de acaudalados señores con fajos de billetes y botellas de wiskis carotes. O se critica los outfits de los políticos pasándose bombis en eventos sociales, rodeados de personajes de la farándula con buenos banquetes y vinos europeos.

Pero es lógico. Si las autoridades hacen pública su vida de farras y de jarras, de carteras y vestidos de diseñador, no se sientan aludidos cuando la gente despotrica contra ustedes. ¡No den papaya!  

Levantemos el nivel del debate, los ciudadanos estamos a la espera de que el Código Orgánico Integral Penal sea reformado, para meter al tarro a tanto narcodelincuente, que se pasea por los pasillos de las cortes de justicia porque algún juez ultra garantista de derechos los declara como santas palomas y dictan medidas cautelares a su favor, para que sigan gozando de la buena vida. Claro, quien quita de que por medio hubo un cariñito de unos cuantos narcodólares.

¡Necesitamos respuestas! Qué les decimos a las decenas de familiares que han perdido a sus seres queridos a manos de despiadados asesinos, que hoy caminan por las calles campantes. Con qué valor hablamos con las mamás que sepultaron a sus hijas porque un enfermo femicida les segó la vida, ya que, gracias a las artimañas de la justicia y abogaduchos se acogieron a la prelibertad y volvieron a violar a toda mujer indefensa que se les cruzaba. 

¡Púchicas! Vivimos una crisis terrible. No es momento de los detalles íntimos. Eso para otro rato. Mejor, romanticen su lucha para atender la crisis económica y de inseguridad que vivimos. ¡Un consejito, no más! (O)