Noboa, Rusia y EE.UU.

Análisis político Marco Salamea Córdova

Como parte de su gestión el Presidente Daniel Noboa ha fortalecido, en un grado mayor a lo ocurrido con los Presidentes Moreno y Lasso, su relación con el Gobierno de los Estados Unidos; un asunto que se explicaría sobre todo por su tendencia ideológica de derecha y pro norteamericana.

Por esto mismo Noboa firmó hace días un acuerdo militar que permitirá la presencia de aviones, barcos y personal norteamericano en Ecuador, concediéndoles a este personal incluso un status diplomático e inmunidad; de forma tal que cualquier acto fuera de la ley, que eventualmente podría cometer dicho personal, no pueda ser juzgado por las leyes e instituciones ecuatorianas.

La justificación oficial del Gobierno de Noboa, para el mencionado acuerdo, es la necesidad de contar con el apoyo militar estadounidense para el combate a los grupos narco delictivos (algo parecido a lo que ya sucedió desde hace décadas en Colombia); sin embargo, un juicio objetivo del tema, no puede dejar de lado los intereses geopolíticos que tiene Estados Unidos en esta zona de Latinoamérica.

Como parte de esta política exterior pronorteamericana del Gobierno de Noboa se pueden mencionar, también, el apoyo dado a Israel en su guerra en Gaza (que en realidad se ha convertido en un genocidio al pueblo palestino) y el compromiso de entregar armamento militar ruso (eufemísticamente calificado como “chatarra”) a los Estados Unidos para, como declarara hace pocos días un alto funcionario del Gobierno de este país, entregarlo a su vez  al ejército de Ucrania; en una situación que involucraría indirectamente al Ecuador en la guerra entre Ucrania y Rusia; lo que ha provocado en los últimos días la suspensión por parte de Rusia de las importaciones de banano y flores de Ecuador, conllevando graves consecuencias económicas para los sectores ligados a la exportación de dichos productos.

Con esto Ecuador ha ido perdiendo su tradicional posición de defensa de su soberanía en las relaciones internacionales, o el pragmatismo con la que estas deben manejarse en el mundo actual; pues, como ha dicho el derechista y popular presidente salvadoreño Bukele: “nosotros estamos dispuestos a tener las mejores relaciones con los Estados Unidos, pero sin ser subordinados o sin ser su patio trasero”. (O)