Comodato del estadio

No siempre los comodatos cumplen los objetivos trazados inicialmente, por lo general por parte del comodatario.

El comodante, en la mayoría de las veces, también se descuida, no hace un seguimiento de lo estipulado en el contrato; y el bien no fungible, mueble o inmueble, se deteriora por varias causas, o es usado para otros fines.

En ese contexto, sería cuestión de tiempo la reversión del comodato del estadio “Alejandro Serrano Aguilar”, entregado a la Federación Deportiva del Azuay (FDA).

El alcalde Cristian Zamora advirtió con poner en conocimiento del Concejo Cantonal los informes sobre la restitución de aquel bien inmueble.

Esta decisión llevó al presidente de la FDA a presentar una medida cautelar, incluyendo la posibilidad de una coadministración. Le fue negada.

Convocado el Concejo, dio por conocido dichos informes. El alcalde analizará si procede de manera directa con la reversión o debe someterla a votación.

Hasta tanto, los concejales coinciden en la necesidad de cambiar de administrador del estadio, arrendado por el comodatario al club Deportivo Cuenca, un modelo de gestión ampliamente cuestionado.

Nadie puede negar, por ejemplo, las deficiencias lumínicas, por lo cual no fue calificado para partidos por la Copa Sudamericana; la destrucción de la pista atlética, entre otros avatares.

Los ediles también sugieren la estructuración de una Unidad, cuyo objetivo central sea la administración de todos los escenarios deportivos municipales, asimismo entregados en comodato, cuando lo ideal es su uso sin restricciones para los deportistas federados, en proceso de formación.

Llegar a esa optimización no vendría tan mal, siempre y cuando sean bien gerenciados, comenzando por el mantenimiento y procurando la masificación de la actividad deportiva.

El estadio “Alejandro Serrano” ha sido incluso un objetivo político-electoral, con promesas de ampliarlo, cuando no de suplirlo. Por ahora se hará algunas intervenciones. No hay para más.