Entrada, plato fuerte y postre

Se está haciendo costumbre que algunas frases extraídas de las​​​ declaraciones del presidente Noboa se conviertan en parte de la conversación política en Ecuador, principalmente aquellas que llevan una carga semántica adicional en clave de sátira. 

Comparó la evolución política de María Paula Romo con un “pokemon”, imitó el acento del ex presidente Rafael Correa con la expresión “bicos is nais…” que resonó en la conversación coloquial. Ambos casos tuvieron repercusión nacional con las claves de humor que las redes sociales aprovechan para darle viralidad a las expresiones y de paso a las críticas envueltas.  Sin embargo, ante el anunciado incremento del IVA y sus consecuencias en productos como electrodomésticos o restaurantes, la respuesta presidencial fue una invitación a “trabajar igual de duro que estamos trabajando nosotros en el gobierno, la misma cantidad de horas y estoy seguro que se van a comprar varios platos de comida, van a tener entrada, plato fuerte y postre.”  Fue percibida como una evidencia del desconocimiento del primer mandatario sobre la realidad social y laboral que, al parecer, le es totalmente ajena.

De entrada, la expresión demuestra la falta de cercanía y empatía con la clase trabajadora, que sigue sufriendo las consecuencias de la precarización laboral.  Tan solo el 3 de cada 10 ecuatorianos tienen un empleo adecuado.  El plato fuerte lo sirve el INEC que ha identificado que, de quienes están involucrados en el sector laboral, el 50,6% lo hace desde el sector informal; es decir en espacios sin prebendas en seguridad social y salarios mínimos vigentes. ​Entonces no se trata de “trabajar duro” cuando las 8, 10 o 12 horas diarias no alcanzan para salir con las necesidades de cada mes.  El postre lo puso el Ministro de Finanzas, quien advirtió que para el mes de abril el IVA llegará al 15 %, que fue lo dispuesto en el veto presidencial.

La ciudadanía exige soluciones, incluso a costa de sacrificios económicos personales y familiares, en tanto y cuanto sus autoridades muestren un mínimo de respeto y empatía, las expectativas de solución sean convertidas en realidades tangibles. Caso contrario le pasarán al mandatario una factura “con IVA, servicios y propina”.