Algunos trabajan en silencio y solos. Otros debaten con susurros, en grupo. Cuando hay dudas, se levantan y consultan a la profesora y luego regresan a su pupitre a seguir leyendo, a estudiar, a repasar.
La concentración es primordial en la etapa en la que se encuentra ese grupo silencioso de hombres y mujeres de distintas edades que ha acudido, desde hace tres años, noche a noche, a la Unidad Educativa Francisca Dávila de Muñoz.
La absorción se debe a que en la primera semana de marzo deberán rendir el examen de grado, la última prueba para convertirse en bachilleres después de muchos años de estar fuera de las aulas.
Si a ese grupo, hace un lustro, se le hubiera dicho que en el 2024 terminarían la secundaria, no se habría creído.
Cada uno de los integrantes tenía otra idea, otro camino, y, sin embargo, por distintas motivaciones decidieron regresar a la escuela, al colegio, a través de los programas de alfabetización y culminación de los estudios del Ministerio de Educación.
“Yo no pude entrar al colegio porque tuve que trabajar. Había esa necesidad. Pero hace unos años leí una noticia que decía que nunca es tarde para estudiar, y yo me motivé y me dije que iba a acabar el colegio”, dijo Daniel Naula, de 43 años.
Daniel es uno de los estudiantes que se inscribió en el programa de escolarización que se realiza en la Francisca Dávila Muñoz. Y aunque ha sido una tarea compleja, principalmente porque debe trabajar y estudiar a la vez, sabe que por fin lo ha logrado: terminar el colegio.
“Ahora solo estoy estudiando para dar el examen de grado. Estoy nervioso, emocionado, feliz, porque ya me voy a graduar. No sé cuál es la sensación porque nunca me he graduado”, agregó, con una sonrisa, Daniel.
Programas para acorta brecha
Los programas que oferta el Ministerio de Educación, por medio de sus coordinaciones zonales, tienen como objetivo disminuir una brecha educativa que sigue latente en Ecuador.
Según Juan Pablo Parra, coordinador de la zona 6 del Ministerio de Educación, 5,7 millones de ecuatorianos o, no ha terminado la escuela, o no ha terminado el colegio. Lo que viene a ser que el 30% de la población todavía mantiene su escolaridad inconclusa.
“Hay gente que por el trabajo, por temas incluso de machismo, por embarazo adolescente, por la migración, fueron dejando su formación educativa. Y es así que, las personas que están fuera del sistema educativo por más de tres años forman para nosotros de ese grupo vulnerable que necesita ser atendido”, explicó Parra a El Mercurio.
Para atender a aquellos que quieran terminar la escuela y colegio, el Ministerio de Educación cuenta con los programas: alfabetización, post alfabetización, Básica Superior y Bachillerato.
En el caso de Azuay, Cañar y Morona Santiago existen 76 instituciones públicas y gratuitas que ofertan los programas que tienen sus propios requisitos y características para participar de ellos.
Por ejemplo, para participar en los programas de pos alfabetización y Básica Superior se necesita tener mínimo 15 años. Mientras que para participar en el Bachillerato se requiere tener, al menos, 18 años.
Oportunidad para profesionalizarse
Antes de empezar con sus clases, Julissa Gamboa, profesora de los programas de estudio para jóvenes y adultos, suele dar un espacio para la meditación, para soltar todo lo malo, despejar la mente y arrancar con los estudios.
Porque el proceso de volver a las aulas, después de muchos años, no es fácil. Los programas son intensivos, sobre todo en la noche, cuando los estudiantes han culminado su trabajo.
“Acá llegan los adultos con muchas cosas. A veces tienen miedo, piensan que no van a poder estudiar, que no lo van a lograr. Todos tenemos problemas, ya sean económicos, familiares, y luego hay que venir a estudiar. Entonces yo busco que dejen atrás eso y se concentren, que estudien, que vean una oportunidad”, dijo Julissa.
Y muchos estudiantes adultos, aun cuando el proceso suele ser complejo y hasta a veces tedioso por el horario, lo ven así. Una oportunidad para ser profesionales.
“Yo quiero seguir estudiando, ser profesional. En la empresa que yo trabajo solo puedo seguir avanzando si tengo mejores estudios. Y la empresa me motiva, mis hijos me motivan. Cuando termine quiero estudiar en un instituto. Sí se puede”, contó Juan Carlos Moyano, de 35 años.
Juan cursa el segundo de Bachillerato mientras su hija está en octavo de básica. Entre ambos se impulsan, se acompañan, hasta que llegue el anhelado final: el de recibir el birrete.
Cómo ser parte de los programas de estudio
Hasta el 29 de febrero, la coordinación de la zona 6 del Ministerio de Educación receptará las inscripciones de todas aquellas personas que quieran culminar la Educación Básica, la Básica Superior Intensiva y el Bachillerato.
Para acceder a los programas, los interesados deben presentar su cédula de identidad y el certificado de promoción del último año aprobado. En caso de no contar con el certificado, los aspirantes deben rendir un examen de ubicación.
Con los requisitos listos, las personas deben comunicarse a través de distintos números de celular. Si está en Azuay, los números son: 0981073252, 0979306686 y 0994516013. Si está en Cañar, el número es: 0987264831. Y si está Morona Santiago, el número es: 0998070949.
Los programas son de estudio intensivo y gratuitos. Cada institución, en las que se oferta los programas, tienen sus propios horarios. (I)
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