Inseguridad, desempleo, escribas y caretucos

Gerardo Maldonado Zeas

El testimonio anticipado de Mayra Salazar reveló la podredumbre con la que actuaron o siguen haciéndolo varios miembros de la estructura judicial, en los emblemáticos casos Metástasis y Purga. La frialdad de las declaraciones confirmó lo que era, para los del entorno de la corrupción sistemática institucionalizada, un secreto a voces.

Salazar “aseguró que Pablo Muentes manejaba la mayoría de los vocales del Consejo de la Judicatura con Wilman Terán, Xavier Muñoz y Maribel Barreno” Todo un andamiaje de horror, desfachatez e ignominia en contra de la sociedad. El problema es que a los ecuatorianos de a pie, les importa muy poco las intrigas, testimonios anticipados, documentos espurios, acciones extraordinarias, recursos de revisión, y demás terminologías, mientras no se resuelvan, básicamente, los problemas de inseguridad a todo nivel y la falta de empleo.

Se utilizan artificios innovadores para juzgar favorablemente a los delincuentes; los buenos jueces y abogados, que son la gran mayoría, están resignados a sufrir el calvario de ser espectadores pasivos. Cómo entonces se brega contra la inseguridad, si los cautivos del mal tejen maniobras a que todo se dilate, o se olvide; además, con efectivos cómplices dotados de inmenso poder. Las sentencias tienen precio, o funcionan con trueque: te consigo fallos favorables, a cambio de lonas, stickers, material plegable, y demás formas publicitarias, en el espacio de la contienda electoral.

Mientras el presidente Noboa y la Fiscal Diana Salazar, luchan a capa y espada para reducir el cáncer de la agitación generado años atrás por la delincuencia organizada que ha cooptado desde faranduleros, asistentes de cafetín, pasando por asambleístas, funcionarios públicos de levita, hasta supuestos doctos en materia jurídica, se activan las cadenas de ignominia en las redes sociales, y reaparece un motín en la cárcel de Guayaquil, pretendiendo debilitar la poca paz que se ha empezado a construir.

Por otra parte, para aliviar en algo la carga de ese 55% de la Población Económicamente Activa que no tienen trabajo remunerado sostenible, se consultará al pueblo sobre el trabajo por horas. Los avivatos y enemigos políticos del presidente Noboa, todos con sueldos estables desde hace tiempo, opinan de manera desfavorable a la iniciativa, porque no tienen idea de lo que es caminar por la calle vendiendo cualquier cosa para sobrevivir.

La respetada fe religiosa, propia de estos días de Semana Santa, hace que los ciudadanos se olviden momentáneamente de la real situación del país; mientras tanto, los conocidos políticos caretucos, se encuentran urdiendo las estrategias de las próximas tres semanas para engañar a los ecuatorianos, pretendiendo que en la Consulta Popular, no voten por el cambio. Ahora o nunca, debemos taparles la boca. (O)