Los policías eran cooptados por una red delincuencial dedicada al narcotráfico, a cambio de altas sumas de dinero.
En el denominado caso Jaguar se realizaron este 18 de abril del 2024 allanamientos simultáneos en las provincias de Azuay, Esmeraldas, Manabí, Loja, El Oro, Guayas y Pichincha, varios policías eran parte de una red delincuencial dedicada al narcotráfico.
Se detuvo a 14 personas, 4 eran civiles y 10 policías, 7 de los uniformados estaban en servicio activo y 3 se habían retirado de las filas policías, además, 2 se encuentran prófugos.
Los policías, desde las distintas unidades en las que trabajaban, entregaban información privilegiada y evadían controles, además, participaron de acciones para recuperar la droga que le fue decomisada a la red delincuencial.
A cambio de su colaboración, los policías recibían grandes cantidades de dinero, entre USD 100 y USD 200 mil por cada operación exitosa; una muestra de esto son las altas sumas de efectivo que se encontraron ayer en los domicilios allanados.
Víctor Herrera, comandante de la Zona 8 (que abarca Guayaquil, Samborondón y Durán), informó que en todos los allanamientos se encontró alrededor de USD 750 mil.
“Este dinero muestra la capacidad de corromper que tenía esta estructura criminal, que les permitía penetrar a la Policía Nacional, nos contaminaba; sin embargo, la Policía ha sido contundente en desarticular estas estructuras y combatir la corrupción de estos malos elementos que han tomado la decisión ser parte de estos actos delictivos”, afirmó Herrera.
Ayer, en el domicilio del policía Freddy Xavier L., ubicado en Santo Domingo, se encontró USD 160 mil en efectivo y certificados de depósito a plazo fijo.
Mientras que, en Guayaquil, en la urbanización Torneo del Río fueron decomisadas dos cajas fuertes y una mochila que contenían USD 500 mil, además de fusiles, pistolas, revólveres y varias herramientas tecnológicas.
Además, en Machala, en la urbanización Torres del Sol, se encontró un vehículo de alta gama, que era de propiedad de uno de los policías, que en su interior contenía aproximadamente USD 90 mil.
Roles que cumplían los policías
A cambio del dinero que recibían, los policías, desde las unidades especializadas en las que trabajaban, estaban encargados de cumplir diferentes roles en la red delincuencial.
Por ejemplo, había servidores policiales del área de criminalística, que eran los encargados de entregar certificados falsos de portes de armas a los uniformados en servicio pasivo.
También participaron de la red delincuencial varios policías de Antinarcóticos, que eran los encargados de filtrar información de los operativos.
Mientras que otros uniformados pertenecían al Centro Regional de Adiestramiento Canino (CRAC), cuya función era permitir que pasen los contenedores con droga sin que sean revisados.
Vivían en medio de lujos
Uno de los uniformados, que se encuentra prófugo, pues habría recibido información que le permitió evadir a la justicia, residía en la Isla Mocolí, que es un complejo cinco estrellas ubicado en Guayaquil.
Según los videos y fotos difundidos por la Fiscalía, el policía investigado, quien sería uno de los cabecillas de la banda, vivía en medio de lujos y poseía vehículos de alta gama.
Investigación del caso Jaguar
Las investigaciones para detener a los policías iniciaron hace más de un año, tras la captura, en febrero del 2023, de Wilder Emilio Sánchez Farfán, alias ‘El Gato Farfán’, en cuyo operativo se decomisaron tres toneladas de droga.
La droga decomisada fue llevada a la Jefatura Antinarcóticos de Tena, provincia de Napo, de donde fue sustraída, ahora se sabe, gracias a la colaboración de policías.
Tras este evento, la Policía Nacional, junto con la Fiscalía, inició una investigación para determinar la participación de los uniformados en la estructura delictiva.
Además, los policías capturados en el caso Jaguar tenían relación con otra red delincuencial dedicada al narcotráfico, asentada en Santo Domingo de los Tsáchilas y encabezada por Daniel Mora Asantza, que tenía como objetivo reclutar a policías en servicio activo y pasivo.
Todos los policías detenidos en el caso Jaguar compartían una particularidad, habían obtenido certificados médicos por los que se encontraban con permiso; con el uso de estos mismos documentos intentaron que en la audiencia no se les dicte la prisión preventiva.
«Esperemos que se les dé la prisión preventiva, con tres días de ausencia tendríamos la herramienta para darles de baja con un sumario administrativo grave, sin embargo, nos llama la atención que han presentado certificados médicos, estas argucias que utilizan estos delincuentes y los abogados son los que nos dejan sin pie y se permite la impunidad», afirmó Víctor Herrera, comandante de la Zona 8.