¿Por qué la superficialidad gana terreno?

Bolívar Jiménez Álvarez

En las columnas de opinión que tienen las revistas y periódicos del mundo, y si queremos algo más cercano, que tiene éste periódico en el que tengo el honor de colaborar, se dicen tantas cosas de profundo contenido que incluso a la gente ilustrada le hace bien reflexionar, pero a la que también se le escapa pronto de la memoria. ¡Ni qué decir de mayoría de ciudadanos!, carente del hábito de la lectura, a quienes simplemente no les interesa sino lo sensacional. 

El 12 de marzo pasado, por ejemplo, el Dr. David Samaniego Torres dijo en su columna algo que, por lo que se percibe a nuestro alrededor y requiere sanarse, no debe esfumarse. Escribió: “hoy hemos perdido la capacidad de analizar causas y efectos”. Y esto realmente es así, pero ¿Cuáles son las razones? Aunque él ya señaló algunas me permito puntualizar también estas:

La sobreabundancia de información: Con la cantidad masiva de información disponible en línea, es fácil sentirse abrumado y optar por creer en lo que parece más convincente o en lo que se ajusta a las propias creencias preexistentes, en lugar de analizar críticamente los datos.

Los sesgos de confirmación: Las personas tienden a buscar información que confirme sus creencias preexistentes, en lugar de considerar información que podría desafiar esas creencias. Esto lleva a la aceptación de conjeturas como hechos cuando en realidad no están respaldadas por evidencia sólida.

La falta de pensamiento crítico: La educación y la promoción del pensamiento crítico son fundamentales para analizar causas y efectos. Si la sociedad no fomenta esto, las personas pueden estar más inclinadas a aceptar conjeturas como hechos.

El sensacionalismo en los medios de comunicación, que a menudo presentan información de manera llamativa para atraer la atención del público. Esto puede llevar a una aceptación acrítica de información que no está respaldada por evidencia sólida.

La polarización y tribalismo: En sociedades polarizadas como la nuestra, las personas tienden a aferrarse a las creencias de su grupo sin cuestionarlas. Esto lleva a aceptar conjeturas como hechos debido a la presión de sus coidearios.

La falta de tiempo y atención: En un mundo acelerado, las personas pueden no tomarse el tiempo necesario para analizar críticamente la información y optan por aceptar rumores como hechos debido a la conveniencia.

Frente a ello es importante la evaluación cuidadosa de la información para contrarrestar la tendencia a aceptar conjeturas como hechos reales. (O)