Conexión o separación

Andrés Martínez Moscoso

Un total de 145 Estados alrededor del mundo, comparten su línea de frontera a través de una cuenca transfronteriza. En este sentido, ríos, lagos, y otros cuerpos hídricos han sido utilizados más como elementos de frontera o división que, en su lugar de integración o conexión, cuando estos son valiosos bajo un enfoque de gobernanza del recurso.

Este y otros datos curiosos relacionados con los ríos, fueron los que planteamos el pasado 9 y 10 de mayo en el evento RIVERS 24 (por sus siglas en inglés, Derechos, Valores, Ambiente, Derechos y Sostenibilidad), realizado en el Colegio de Jurisprudencia de la Universidad San Francisco de Quito, en el cual jueces, académicos (distintas áreas), profesionales, organizaciones del tercer sector,  tuvimos la oportunidad de conversar sobre las medidas adoptadas para la protección de los ríos en la región.

Fue interesante reflexionar acerca de que, la jurisprudencia en materia ambiental en América Latina ha sido poco eficaz, usualmente a consecuencia de conflicto de intereses, ejercicio de poder de múltiples actores, así como la imposibilidad de contar con una institucionalidad fuerte.

Por ello, se han planteado como alternativa a los derechos de la naturaleza desde el Sur Global como un mecanismo que ha “pateado” el tablero constitucional, a través de un ecosocialismo que combate al antropocentrismo, y que plantea que,  los ríos por ejemplo, dejen de ser objetos y se conviertan en sujetos de derechos.

Sin embargo, hace falta preguntarnos: ¿Hacia dónde vamos?, mediante una visión más amplia, una tercera vía que entienda al río como una frontera, pero a la vez como un elemento integrador, en la cual todas las visiones e ideologías sean consideradas, pues como lo señaló Heráclito: “Nadie se baña dos veces en el mismo río”. Así, es necesario considerar al río de manera longitudinal (páramos a ciudades), vertical (el valor de las quebradas), así como su temporalidad (posibilidad de su restauración).

Por último, desde esta columna no puedo dejar de recomendar el documental “La vida de un río” (disponibe en Youtube), de Jorge Juan Anhalzer y Naia Andrade, quiénes a través de sus imágenes y narración, ponen de manifiesto la riqueza natural del país, a la vez la contaminación que se genera con relación a los ríos, y la falta de respuesta a nivel institucional. (O)

@andresmartmos