Escarnio contra la fiscal

La decencia política es poca cosa para algunos políticos. Esto los lleva a ver al país por debajo de sus hombros.

Lo ocurrido en la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional durante la comparecencia de la fiscal general del Estado, Diana Salazar, es por demás denigrante, una bofetada a la ética y al anhelo colectivo de rescatar a la Justicia del fango.

Pretender, previo contubernio, la comparecencia en esa Comisión de un prófugo de la justicia, sobre quien pesan serias sospechas de ser parte de bandas criminales ligadas al narcotráfico, debe registrarse en las páginas de la deshonra nacional.

Los coludidos, miembros de un movimiento político, lleno de investigados por corrupción, de procesados, sentenciados y de prófugos; y, hasta cierto punto, de defender intereses delictivos, buscaron avasallar a la fiscal, poniéndola al frente a un acusado dentro del caso Metástasis, en cuya trama constan narcotraficantes, ciertos políticos (sus operadores) y algunos miembros del poder Judicial y hasta de las fuerzas del orden.

Bien hicieron los demás miembros de la Comisión con retirarse de la sesión, bajo protesta, por cuanto aquella malhadada comparecencia virtual no constaba en la agenda.

De permitirlo, hubieran sido parte de la celada urdida en contra de Diana Salazar, quien optó por abandonar la sala de sesiones, asimismo bajo protesta.

Ahora, por pedido de la Fiscalía, deben revelar el paradero del prófugo; pero, en el colmo de su cinismo, dicen desconocer su refugio, desde donde, semanas atrás, envió su desafiliación del movimiento de marras, del cual, en el fondo, sigue siendo parte, de lo contrario no fuera tan defendido y solapado, o porque conoce sus posibles trapacerías dentro del mundo delictivo.

El pretendido juicio político contra la fiscal irá por ese mismo camino; pero desde ya luce deslegitimado y será un búmerang para quienes lo plantearon en busca de impunidad.