«Un mundo sin mí»

Tania Durán Suárez

“Un mundo sin mí”, me hace reflexionar sobre lo simbólico de una existencia que fusiona la conciencia del uno con el todo, en una simbiosis de unidad, que nos permite fluir en conjunto para adaptarnos al presente sin una agenda personal.
Es decir, una vida sin ego, sin ese propósito de siempre querer más; una vida sin la prioridad del “yo”.
La coyuntura de la tala del Manglar en el Esterillo de la comuna Olón, de la provincia de Santa Elena, me ha permitido reflexionar sobre lo importante que es dejar de lado los intereses personales cuando se trata de la Naturaleza.
Me ha hecho pensar también; en la urgencia como país de trascender hacia una existencia sostenible, como una opción de desarrollo con miras a resguardar la esencia de nuestros territorios, de una extinción inevitable de los recursos naturales y de la biodiversidad.
En el caso de los manglares, son sistemas ecológicos altamente valorados en el mundo, porque acogen a una diversidad de especies marinas como: la concha prieta, el ostión, los cangrejos y además acogen en tiempos de anidación a aves como: el pinzón del mangle (un ave en peligro de extinción) y otros como la garza blanca, el martín pescador.
Además de protegernos de huracanes, mareas altas e inundaciones, son “ecotonos”; testigos silenciosos, de los misterios profundos del agua dulce y salada, de la tierra y del aire.
“Un mundo sin mí”, es la capacidad para dejar nuestro espacio de confort y empezar a planificar nuestras vidas observando con respeto los ecosistemas que nos rodean, recuperando lo mejor de cada uno y sobre todo permitiendo que estos se curen y continúen su evolución. Es asegurar la existencia de las futuras generaciones en un planeta sostenible.(O)