Abad afirma que a Noboa le unió la afinidad de propuestas y le separó los intereses personales.
La historia entre Daniel Noboa y Verónica Abad es la de la relación presidente y vicepresidente de la República que más pronto se ha roto durante la Democracia ecuatoriana, el distanciamiento se dio incluso antes de que ganen las elecciones.
La armonía que reinó entre Noboa y Abad al momento de inscribir su candidatura, el 5 de junio del 2023, duró muy poco y comenzó a resquebrajarse a los 15 días, cuando se publicaron algunos videos en los que la actual vicepresidenta opinaba sobre la privatización de los servicios públicos, que podrían afectar a la candidatura; desde entonces, nunca más se los vio juntos.
Trabajaron en campaña, cada uno por su lado, en este período Abad negó el distanciamiento con su binomio, pero, para la segunda vuelta la lejanía se hizo más evidente, pues Noboa le encargó promocionar la candidatura, pero fuera del país, entre los migrantes.
Cuando el binomio ganó las elecciones, el 15 de octubre del 2023, la distancia entre Noboa y Abad se evidenció en los festejos, que se hicieron por separado; además, durante la entrega de credenciales por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) el presidente electo habló directamente de traición, mirando fijamente a Abad.
Pese a todo, la vicepresidenta seguía negando el distanciamiento de Noboa, aunque no fue invitada a los actos de posesión en la Presidencia de la República y realizó un evento paralelo en un mercado de Quito.
Funciones lejos del país
Pese a que cuando plantearon su plan de Gobierno, en la época en la que todavía eran amigos, Abad y Noboa habían analizado que la vicepresidenta se encargue del área en la que más experiencia tenía, la economía y el emprendimiento, cuando ganaron las elecciones el presidente le asignó la función de trabajar por los migrantes y por mejorar la relación con Centroamérica.
Sin embargo, luego cambió de opinión, la designó como embajadora por la paz en Israel, por lo que ahora sus funciones las cumpliría fuera del país; previamente, le retiró la seguridad que por ley le correspondía.
Solo entonces, Abad reconoció el distanciamiento, “No podemos tapar el sol con un dedo. El señor presidente me quiere lejos”, aceptó quien el 8 de diciembre pasado se embarcó rumbo a Tel Aviv, capital de Israel, desde donde abiertamente ha denunciado al primer mandatario por presionarla para que renuncie.
El caso Nené
Otra forma de presionarla para dejar el cargo, según ha denunciado Abad, fue la detención de su hijo, Francisco Barreiro, quien el 21 de marzo fue apresado en su oficina en Cuenca, acusado de tráfico de influencias, por el cobro de “diezmos” en la Vicepresidencia.
Barreiro cumplió la prisión preventiva que se impuso en La Roca, cárcel de máxima seguridad de Guayaquil, salió con el pago de una fianza, 20 días después de que se le otorgó este beneficio.
Retiro de la visa
Según lo confirmó Verónica Abad, el Gobierno de Estados Unidos le retiró la visa de este país, sin recibir ninguna justificación por parte de las autoridades estadounidenses.
Se consultó a la vocera de la Embajada de Estados Unidos sobre las razones por las que se le retiró el visado a la vicepresidenta de la República, pero se informó que los registros son reservados, según la legislación estadounidense; por lo tanto, no pueden comentar sobre casos individuales.
Denuncia ante TCE
El 13 de mayo del 2024, Verónica Abad anticipó que, como otro plan para obligarla a renunciar, pues Noboa no quiere encargarle la presidencia durante los 45 días campaña a la reelección, se le colocaría una denuncia ante el Tribunal Contencioso Electoral, con el afán de destituirla, lo cual efectivamente pasó este 16 de mayo.
Juan Esteban Guarderas, miembro del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) denunció a Abad por infracción electoral, por haber realizado campaña anticipada cuando se candidatizó a la alcaldía de Cuenca, en las elecciones seccionales de febrero del 2023.
Abad, en una entrevista que otorgó a diario La Hora, recalcó que Guarderas, según le han comentado, es asiduo visitante de Carondelet, por lo que lo señaló por confabular, junto con Noboa, para que se la destituya del cargo.
Si se logra la destitución de Abad, el artículo 150 de la Constitución establece que, en ausencia del vicepresidente de la República, la Asamblea Nacional elegirá su reemplazo de una terna presentada por el presidente, es ahí donde la mandataria dice que está el meollo del asunto, los “amigos” de Noboa quieren su cargo.
“Por los hechos sabemos que hay intereses personales, privados, que circulan de un grupo de amigos para favorecer, se crean monopolios que él mismo dice no estar de acuerdo”, Verónica Abad sobre Daniel Noboa.
Un hueso duro de roer
Para el politólogo David Barzallo, quien ha ejercido la docencia en la Universidad de Cuenca, las acciones que Noboa ha ejercido en contra de Abad son una muestra del autoritarismo con el que el presidente maneja el país, en el que solo su opinión sirve y, como él mismo lo ha señalado, no le conviene a nadie tenerlo como enemigo.
“Parte de la persecución a la vicepresidenta se da porque Noboa creyó que era un blanco débil, incluso por ser mujer y porque nadie la conocía, pero Abad ha demostrado ser un hueso duro de roer y, con todo lo que le ha hecho el presidente, en lugar de desprestigiarla, le ha dado visibilidad, porque ha despertado simpatía”, afirmó el experto.
Además, a Barzallo este tema le deja otra lectura, Noboa nunca pensó ganar la Presidencia, por eso eligió su binomio al azar, sin tener ninguna afinidad con Abad, lo que demuestra una improvisación, también en la designación de su Gabinete.