En 1962, incendio en Instituto Salesiano Cornelio Merchán destruyó patrimonio

La madrugada del jueves 19 de julio de 1962, las sirenas de los bomberos rompieron el silencio nocturno ante el fuego que consumió el plantel salesiano.

Edición de El Mercurio del 19 de julio de 1962, que registró en sus páginas el incendio en el Instituto Salesiano.
Edición de El Mercurio del 19 de julio de 1962, que registró en sus páginas el incendio en el Instituto Salesiano. XCA

El 19 de julio de 1962, un dantesco incendio devastó el Instituto Salesiano Cornelio Merchán, un suceso que quedó grabado en la memoria de la ciudad de Cuenca. Diario El Mercurio realizó entonces la cobertura del trágico evento, ocurrido hace casi 62 años.

La madrugada de aquel jueves, aproximadamente a las 00:45, las sirenas de los bomberos rompieron el silencio nocturno. Las llamas ya eran visibles desde el centro de la ciudad, alertando a una población incrédula y alarmada. Guiados por el resplandor del fuego, los cuencanos se dirigieron hacia la entonces ‘Plaza Guayaquil’, hoy conocida como parque María Auxiliadora.

El fuego se originó en la segunda planta del edificio. Se propagó rápidamente por las escaleras de madera hacia el tercer piso y luego a la planta baja, donde se encontraban el teatro, la escuela, los talleres y la capilla.

En pocas horas el ala oriental del inmueble se convirtió en una inmensa hoguera que contaminó la parte occidental. El incendio consumió los talleres de carpintería, mecánica y electricidad. Las llamas alcanzaron gran altura, creando una escena de estruendos, pánico y angustia.

Catástrofe

“Entre los escombros de la parte interior y central del edificio, se localizó un cadáver calcinado, que, según se dice, pertenece al que en vida fue Maestro de Capilla del Santuario de María Auxiliadora, Sr. José Yadiacela. Dormía en el tercer piso del edificio siniestrado”, reseñó El Mercurio en la edición del viernes 20 de julio de 1962.

A pesar de los esfuerzos heroicos de los bomberos, quienes lograron evitar que el fuego se propagara al taller de imprenta, fotograbación, internado, iglesia y dependencias de los Padres, el daño fue catastrófico.

Para las cuatro de la madrugada, la estructura de madera, las salas de talleres y el museo ubicado en el segundo piso habían sido consumidos por completo. Entre las pérdidas se encontraban el tradicional teatro y una invaluable colección de cintas de Charles Chaplin. También se perdieron cuadros de la escuela quiteña, lienzos del Renacimiento y otras joyas artísticas.

Los niños y jóvenes de aquella época asistían al cinema del Padre Crespi en el «teatro popular» los domingos. Las proyecciones de películas con vaqueros, Chaplin, el Gordo y el Flaco, Tarzán, Los Tres Chiflados, Robin Hood, Walt Disney, Las Minas del Rey Salomón y Aventuras en Birmania, eran momentos inolvidables bajo la estricta supervisión del Padre Crespi.

“Hierros retorcidos, máquinas inservibles, piezas destrozadas se fueron amontonando poco a poco, hasta formar una verdadera montaña. Instrumentos de música, máquinas de escribir, bicicletas, piezas pequeñas de los talleres de mecánica y electrotecnia fueron colocados en este sitio del que nada se puede utilizar a no ser que se quiera guardar como un recuerdo de la dantesca madrugada del jueves 19”.

Lo citado se publicó el 21 de julio de 1962, con fotos de Vicente Tello en El Mercurio. El medio de comunicación estuvo pendiente de los eventos que continuaron para la reconstrucción del edificio.

No se determinó la causa del incendio. Lo único claro fue la irreparable pérdida de un patrimonio único que albergaba el edificio.

Apoyo para reconstrucción tras el incendio

Días después del incendio las instituciones se organizaron para contribuir con la reconstrucción de la edificación. Se realizaron colectas públicas y se activó la Tesorería del Comité Permanente Pro Reconstrucción.

El Gobierno de la época dio un millón de sucres. “El vicepresidente de la República Encargado, Teniente Coronel, Reinaldo Varea, luego de conocer la magnitud de las pérdidas ocasionadas por el voraz incendio que consumió el colegio ‘Cornelio Merchán’, dirigido por los padres salesianos acordó prestar ayuda inmediata para iniciar los trabajos de reconstrucción del lugar que albergaba a cerca de dos mil niños en sus aulas”, publicó El Mercurio, el 24 de julio de 1962.

Distintos medios de comunicación, entre ellos El Mercurio y Radio El Mercurio se sumaron a la colecta y “gracias a la generosidad de la ciudadanía pudo recolectar la suma de diez mil doscientos setenta sucres”.

La actual iglesia, inició su construcción el 24 de mayo de 1969 es decir, siete años después del incendio. Se declaró oficialmente terminada el 24 de mayo de 1972. (I)

“Las pérdidas ascenderían a los 7’000.000,oo. El vicepresidente de la República y el ministro de Obras Públicas inspeccionaron la magnitud de los daños ocasionados por el incendio. La ciudadanía sigue contribuyendo en toda forma para rehacer la obra salesiana”.

Publicado en El Mercurio. 24 de julio de 1962

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