Coca Codo Sinclair salió de operación y obligó al retorno de los apagones, pero su desconexión podría no ser solo temporal.
La importancia de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair quedó demostrada este 21 de junio del 2023, cuando salió de operación debido al exceso de sedimentos en el río Coca y provocó el retorno de los apagones en el país, pues la central produce el 30% de la energía que se consume en Ecuador.
Por esta razón resulta preocupante que el país se quede de forma definitiva sin los 1.500 megavatios que le proporciona esta central, que desde hace cuatro años está amenazada por el avance de la erosión progresiva del río Coca, fenómeno que solo en la última semana progresó medio kilómetro.
La Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) informó que, debido a las fuertes lluvias que caen en la zona, se produjo este avance de 500 metros, con lo que la erosión ahora se encuentra a apenas 6,8 kilómetros de la hidroeléctrica.
Según un informe del Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos, desde el 2 de febrero de 2020, cuando desapareció la cascada de San Rafael, la erosión ha avanzado 12 kilómetros, quedando a solo 7,3 kilómetros de Coca Codo Sinclair, distancia que ahora se ha acortado.
La central Coca Codo Sinclair le costó al país 3.300 millones de dólares, inversión que podría perderse.
En riesgo la exportación petrolera
Las fuertes lluvias que han caído en la zona donde opera Coca Codo Sinclair y el subsecuente aceleramiento de la erosión regresiva del río Coca, no solo han puesto en riesgo a la hidroeléctrica, sino también al traslado del petróleo a través del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), cuya operación se suspendió el lunes 17 de junio del 2023, ante el riesgo de que se rompa la tubería.
Ante la suspensión de la operación del OCP, Petroecuador implementó un plan de contingencia que implicó llenar los tanques de almacenamiento con el crudo que no podía ser evacuado y proceder al apagado de los pozos de donde se extrae el crudo Napo.
El jueves 20 de junio del 2024 Petroecuador declaró la fuerza mayor sobre las exportaciones del crudo Napo, las cuales será reprogramadas.
Presencia de sedimentos
Desde el lunes 17 de junio del 2024 la operación de Coca Codo Sinclair generó problemas, debido a las fuertes precipitaciones que desencadenaron en el exceso de sedimentos (material que se deposita al fondo del río), que obligó a la paralización de la central, para evitar que se dañen sus turbinas.
Según informó Roberto Luque, ministro de Energía (e), el lunes la cantidad de sedimentos que llegó al ingreso de la hidroeléctrica sobrepasaron las 10 mil partes por millón, cuando lo máximo que puede soportar la central es 600; esto obligó a la paralización de la operación y a la suspensión de la energía, pues Coca Codo Sinclair provee del 30% de la luz que se consume en el país.
Aunque el lunes la cantidad de sedimentos disminuyó y los cortes de electricidad no se concretaron, este viernes 21 de junio el país no corrió con la misma suerte; el Operador Nacional de Electricidad (Cenace) informó que a las 04h00 se cerraron las compuertas de la hidroeléctrica, ante la nueva presencia excesiva de sedimentos; y se estableció un cronograma de cortes de energía.
La Corporación Nacional de Electricidad (CNEL) informó los horarios en los que se producirían los cortes, que en la mayoría de los lugares duraron dos horas; en la mañana se quedaron sin luz en las provincias de Azuay, Sucumbíos, Bolívar, Manabí, Pichincha, Guayas, Los Ríos, Santa Elena, Esmeraldas, Santo Domingo y El Oro.
Pasado el mediodía, se publicó un nuevo cronograma de interrupción del servicio eléctrico, pero, ante la reactivación de Coca Codo Sinclair este se suspendió; más tarde una nueva palizada llegó a la hidroeléctrica y los cortes se retomaron.
Un problema anticipado
En el informe sobre el estudio que el Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos realizó a la erosión regresiva del río Coca, que evidenció el peligro que este fenómeno significa para la hidroeléctrica, también se habla del exceso de sedimentos aguas arriba y abajo de la central.
El equipo que realizó el estudio en febrero del 2023 recomendó que se apliquen estrategias de mitigación de los sedimentos aguas arriba, uno de ellos es el dragado del río, pues no solo ponen en riesgo a la hidroeléctrica, sino también a los habitantes de las comunidades que se encuentran aguas abajo, donde se están acumulando.
Según explica el informe, los sedimentos más gruesos son efectivamente detenidos por la hidroeléctrica, pero los más finos pasan por las turbinas y llegan aguas abajo; se prevé que con el tiempo esto agrande el lecho del río y aumente las inundaciones en las poblaciones.