Hamburguesa de cuy: de lo tradicional a la innovación en Cuenca

El emprendedor Jorge Tacuri ha logrado fusionar la esencia tradicional del cuy con técnicas culinarias modernas, creando un platillo que no solo resalta la identidad local, sino que desafía el paladar con un sabor distinto.

Jorge Tacuri, gerente propietario del restaurante “Taitico”, ubicado en Barabón.
Jorge Tacuri, gerente propietario del restaurante “Taitico”, ubicado en Barabón. XCA

En Cuenca, donde la tradición se entrelaza con la modernidad, un restaurante ha decidido innovar en la gastronomía local con una hamburguesa de cuy.

Este emprendimiento de “Taitico Restaurante” comenzó hace un año, cuando Jorge Tacuri, gerente propietario del local, y su equipo iniciaron las primeras pruebas en su círculo familiar. Les tomó dos meses llegar a ese sabor característico y equilibrado que buscaban: que no fuera demasiado fuerte y que permitiera disfrutar de la esencia de la carne.

“Siempre hemos tenido la visión de innovar con nuestros platillos. El cuy ha sido parte de nuestra identidad culinaria y queríamos llevarlo a una nueva dimensión”, relata Jorge.

Elaborar la hamburguesa de cuy requiere paciencia y habilidad. Deshuesar este animal pequeño es un proceso delicado. Los colaboradores en la planta de producción logran extraer el 90 % de la carne, la cual se mezcla posteriormente en una proporción de 70 % cuy y 30 % carne de res.

“Al principio, usamos 100 % cuy, pero el sabor era demasiado intenso. Ahora, hemos logrado la combinación ideal”, afirma Jorge, en el local ubicado en Barabón, a 500 metros del Tenis Club. La atención es de jueves a domingo de 11:30 a 22:00.

Receta

Pero el secreto del éxito no solo reside en la carne. La clave también está en un adobo especial, una receta familiar guardada por generaciones. Este adobo, junto con una selección de vegetales frescos, le da a la hamburguesa su sabor distintivo.

“Taitico”, en su innovación culinaria, ha adquirido compromiso con la colectividad. Los cuyes provienen de asociaciones comunitarias como Ñamarín, Oña, Shiña, Río Blanco, Gualaceo y Sígsig, entre otras. Cada productor sigue estrictos parámetros de crianza y faenamiento de los cobayos, asegurando la calidad y uniformidad del producto.

“Trabajamos de cerca con las comunidades para mantener un estándar de producción. La edad, la alimentación, la genética e incluso el proceso de faenado de los animales están controlados”, detalla Jorge, subrayando la importancia de esta colaboración para el éxito del proyecto.

Servida en pan artesanal, la hamburguesa de cuy viene acompañada de lechuga y tomate frescos, queso cheddar y una opción de tocino. Papas chauchas fritas completan el platillo, junto con salsas de pepa de sambo, maracuyá y las acostumbradas salsa de tomate y mayonesa.

Acogida

Al principio, la respuesta fue modesta. “Nos especializamos en comida típica y la gente no estaba acostumbrada a venir por una hamburguesa a este tipo de local”, admite Jorge. Inicialmente vendían unas cinco hamburguesas de cuy en la semana, hoy en día se comercializan entre 150 y 180.

“El público joven ha sido nuestro principal aliado, porque siempre está buscando nuevas experiencias gastronómicas y esto ha llevado a que animen a sus familiares adultos a probar este nuevo platillo”, comenta.

El impacto de “Taitico” va más allá de la gastronomía. Genera 38 fuentes de empleo directas y unas 200 de manera indirecta, con proveedores y asociaciones donde el 90 % son mujeres. “Esto nos motiva a continuar trabajando”, dice Jorge con satisfacción.

En su camino de preservar las costumbres y tradiciones, el restaurante puso en marcha esta semana un nuevo proyecto: el Jueves de Santos, que consiste en festejar onomásticos y cumpleañeros con banda de pueblo y vaca loca. (PNH)-(I)

8,50

dólares es el costo de una hamburguesa de cuy en “Taitico”. Este platillo invita a los jóvenes a probar algo nuevo y a los adultos a redescubrir sus raíces.

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