Los gremios sindicales que convocaron a la protesta en contra del Gobierno tuvieron poco nivel de convocatoria.
Daniel Noboa superó satisfactoriamente la primera jornada de protesta en contra de la elevación del precio de los combustibles, medida que, cuando la tomaron Lenín Moreno o Guillermo Lasso les significó enfrentar paros nacionales que les obligaron a revertir la decisión; sin embargo, este 4 de julio las marchas no tuvieron una gran acogida.
Excepto en las ciudades de Cuenca y Quito, el nivel de convocatoria del Frente Unitario de Trabajadores (FUT) fue mínimo, lo cual, para el politólogo Rodrigo Jordán radica en que el movimiento sindical ecuatoriano ha perdido vigencia, sobre todo por la falta de renovación de sus dirigentes y a que no ha renovado su discurso.
“Los dirigentes no han cambiado su discurso de oponerse a todo y a todos los gobiernos, sin nunca presentar propuestas, por ejemplo, ahora, si se niegan a que el Gobierno eleve el precio de las gasolinas, deberían explicar cuál es la opción para obtener recursos”, afirmó el analista.
Para el politólogo Francis Cordero, también jugó a favor del Gobierno el que la sociedad está cansada de las protestas, pues los paros del 2019 y 2022 significaron un duro golpe en la economía, sin que se haya obtenido resultados positivos de la protesta.
Ausencia de la Conaie
Fue el propio viceministro de Gobierno, Esteban Torres, el que aceptó que, sin la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) y sin los gremios de transportistas, la protesta perdió fuerza.
“Saludamos que no se hayan sumado, que no vean la necesidad de generar caos y quitarles la paz a los ecuatorianos, son solo la UNE y el FUT los que están en este tema. Hay que decir la verdad, sin el sector del transporte y sin la Conaie, la protesta perdió fuerza”, afirmó Torres.
Aunque la Conaie lideró las protestas del 2019 y el 2022 en contra de la eliminación del subsidio a los combustibles, esta vez su líder máximo, Leonidas Iza, le ha dado largas a definir una acción de protesta en contra de Noboa, solo después de la Asamblea General de la organización, que se realizará en la semana del 8 al 12 de julio, definirá su postura.
Inmersos en un ambiente electoral
No solo Leonidas Iza, que anunció su precandidatura presidencial, sino varios de los actores políticos que podrían estar liderando la protesta en contra del Gobierno están concentrados en las elecciones del 2025, por lo que sus actuaciones se hacen de acuerdo con el cálculo político, afirmó el analista político David Barzallo.
“Dentro de sus cálculos políticos están sopesando el lastre electoral que les podría significar el participar en la protesta social, si no les conviene para la precampaña, no van a involucrarse”, afirmó Barzallo.
Lo que el Gobierno ha hecho bien
El haber logrado un acuerdo con el sector de los transportistas, a cambio de la entrega de una compensación y de que este gremio se comprometa a no participar en la protesta contra Noboa, es un logro del Gobierno que los analistas destacan, sobre todo por el tiempo récord en que se consiguió.
“No se puede negar la capacidad de diálogo del primer mandatario, que logró un acuerdo con los transportistas que, en otros casos podría tardar meses sin verse resultados”, recalcó Rodrigo Jordán.
La protesta contra Noboa podría encenderse
Aunque la primera marcha que enfrentó el Gobierno de Noboa tuvo poca acogida, Francis Cordero recalcó que esto no significa que la ciudadanía está satisfecha con el alza del IVA o con la elevación del precio de las gasolinas, ya que han significado un golpe real a los bolsillos de los ecuatorianos.
Sin embargo, se le ha dado a Noboa un plazo para que, con el sacrificio que han hecho las empresas y ciudadanos, consiga cambios en la inseguridad y en el desempleo, que son los temas que más les preocupan a los ecuatorianos.
Según un estudio del Centro Latinoamericano de Manejo de Crisis Política, dirigido por Rodrigo Jordán, esta especie de cheque en blanco que la ciudadanía le ha dado Noboa se ha empezado a agotar, con una caída de su popularidad de más del 20%, con lo que se estima que máximo hasta finales del 2024, si no se ven resultados de su gestión, se retomarán las protestas sociales, que pondría en riesgo su reelección.