El 19 de septiembre del 2024 el Comité de Operaciones de Emergencia Nacional (COE-N) estableció la alerta roja debido a la emergencia hídrica que enfrenta el país, una de las zonas con mayor descenso de las precipitaciones es la ciudad de Cuenca, que registra el nivel de lluvias más bajo de los últimos 41 años.
La decisión del COE-N se basó en el informe técnico emitido por el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) sobre el comportamiento climático en Ecuador durante el 2024, en el que se hizo un análisis comparativo de los registros históricos de lluvias en el país.
Según el mencionado informe, Azuay es una de las 12 provincias con mayor déficit de precipitaciones a nivel nacional y Cuenca es una de las 14 ciudades en las que menos lluvias ha caído en los últimos tres meses.
Entre abril y junio del 2024 en Cuenca se registraron dos fechas en las incluso el nivel de lluvia fue superior al normal para esta época; sin embargo, en julio se dió un descenso del 40% en el nivel de las precipitaciones que históricamente se producían en este mes.
En agosto del 2024 la situación empeoró y llovió menos del 51 % de lo que en promedio ocurre en este período; en septiembre, como parte de la crisis hídrica que existe en el país, las precipitaciones en Cuenca se redujeron en un 94 % y los registros de septiembre del 2024 se sitúan cerca del mínimo histórico de los últimos 41 años.
Preocupación en las hidroeléctricas
El informe del Inamhi también analizó el comportamiento de las precipitaciones y caudales en las principales hidroeléctricas del país; Paute-Molino, Coca-Codo Sinclair, Agoyán y Minas San Francisco, en las que se evidencia un comportamiento anómalo notable, ubicándose entre los valores mínimos históricos observados en los últimos 60 años.
Desde 1964, según el informe del Inamhi, las lluvias en estaciones cercanas a la hidroeléctrica Paute-Molino (periodo 1964-2024), así como el caudal del río Paute (1983- 2024), no habían alcanzado promedios históricos tan bajos en este mes.
La situación de la hidroeléctrica Minas San Francisco es aún más preocupante, pues el descenso de las lluvias comenzó en febrero del 2024 y se mantienen hasta la actualidad, los registros de septiembre se sitúan por debajo del mínimo histórico en un periodo de 60 años.
De manera similar, el caudal del río Jubones ha seguido una tendencia decreciente desde abril, manteniéndose por debajo del promedio histórico. En septiembre los valores de caudal también se ubican por debajo del mínimo histórico en 41 años, lo cual indica condiciones hídricas críticas para la región.
La precipitación (1964-2024) de las estaciones meteorológicas circundantes a la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, ubicada en Orellana, también muestran que, para el 2024 el comportamiento de la precipitación se encuentra por debajo del promedio histórico; mientras que el caudal (1983-2024) del río Coca se acerca a su mínimo de hace 60 años.
La hidroeléctrica Agoyán, ubicada en Ambato, tuvo lluvias persistentes hasta junio, pero, a partir de julio, se ha observado un descenso en los valores de precipitación, y los registros de septiembre se sitúan por debajo del mínimo histórico en 60 años. El caudal del río Pastaza ha seguido un patrón similar, los registros de septiembre están por debajo del mínimo histórico en 41 años.
Ante el descenso histórico de las lluvias, el Gobierno decretó el pasado 15 de agosto la emergencia en el sector de la energía, con el objetivo de conseguir, de varias fuentes, la electricidad que las hidroeléctricas no pueden proporcionar.
Se espera un panorama mejor
En el informe que el Inamhi remitió al COE-N no todo es negativo, el pronóstico de precipitación para lo resta de septiembre y hasta noviembre del 2024 es positivo, se esperan lluvias en la Sierra y en la Región Amazónica.
Según el pronóstico, a finales de septiembre del 2024 en la Región Interandina se esperan algunos eventos de lluvia; durante octubre comenzará una transición gradual en la que las precipitaciones se irán haciendo más frecuentes, con la probabilidad de que, hacia el mediados y finales del mes se establezca la temporada de lluvias típica de la época.
Durante el periodo de octubre a noviembre, en la Sierra se estima, de manera preliminar, que las lluvias estarán entre niveles cercanos a lo normal y ligeramente por debajo de lo normal.
En cuanto a la Amazonía, las lluvias comenzarán a aumentar en octubre, alcanzando niveles normales en noviembre. Donde predominará la temporada seca será en la Costa, principalmente en las zonas centro y sur, donde se anticipa déficit de lluvias. (I)