Si bien las universidades han dado pasos importantes para dejar en el olvido aquel estigma de ser el ‘cementerio de los deportistas’, hay aspectos que llevan a los atletas a buscar aún becas académicas y deportivas fuera de sus fronteras, principalmente en Estados Unidos.
Los cuencanos Daniela Vélez, de 22 años, y Matías Vásquez, de 21, encaminaron su sueño a través de la red social X, que aún se la conocía como Twitter.
“Me creé una cuenta. Tenía en mi perfil mis mejores marcas de todas las pruebas que hago. Algunos entrenadores me comenzaron a contactar y a ofrecerme becas para ir a sus universidades. Tuve que enviarles vídeos y tiempos de mis carreras”.
Entre algunas opciones, Vélez aceptó la de la Universidad de Niágara, en Nueva York. Ahí está desde enero de 2023.
Desde pequeña siempre tuvo la curiosidad por saber como funciona la mente de alguien que puede cometer crímenes. Quería estudiar Criminalística. Al no encontrar la carrera en las universidades de su provincia natal, se inclinó por Psicología en la Universidad de Cuenca.
Después de dos años de estudios se le presentó la oportunidad de ir a ‘La Gran Mazana’ para terminar dos carreras: Psicología y Criminalística con mención en Sociología. En mayo de 2025 está prevista la graduación.
“Nosotros tenemos la oportunidad de quedarnos trabajando gracias al status de OPT (Formación Práctica Opcional, por sus siglas en ingles). Si puedo conseguir un trabajo dentro de mi carrera, puedo hacer durante un año como una especie de prácticas profesionales pagadas en Estados Unidos”.
El OPT es lo que otorga el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS). Permite a los estudiantes internacionales con visado F-1, que se han graduado en una universidad americana, quedarse y trabajar durante 12 meses.
Está pensado para que los estudiantes tengan la oportunidad de trabajar en algo relacionado con su campo, para ganar experiencia y facilitar su entrada en el mundo laboral.
“La vida es muy diferente acá, desde las costumbres, la gente, el clima. El verano es muy bueno, pero el invierno es súper frío. Las temperaturas casi todos los días son bajo 0 si no es menos. La nieve es súper fuerte por acá. Al inicio cuesta acostumbrarse, pero el apoyo es muy grande de los profesores, entrenadores, autoridades de la universidad. Hasta en el trabajo le dan bastante libertad porque saben que uno es deportista y entrena”.
Daniela trabaja en la cafetería de la Universidad. Con lo que gana cubre parte de la beca y algunos gastos personales como la compra de artículos de aseo.
“Como vivo dentro de la universidad, todo me queda cerca: las clases, los entrenamientos y el trabajo. Lo más lejos me queda a 10 minutos caminando”.
La beca les exige mantener buenas calificaciones, obtener la nota mínima cada semestre, no ausentarse de los entrenamientos, acudir a revisiones continuas si tienen alguna lesión y tener buenos resultados en las competencias o al menos demostrar que se están esforzando.
“Nos hemos estado manteniendo en las competencias. Tenemos en la mira mejorar los tiempos siendo mi último año de Universidad”.
Ella es especialista en 200 y 400 metros llanos.
De lunes a viernes entrena alrededor de dos horas desde las 06:40 o 07:00. Los horarios de las clases son flexibles.
Los fines de semana los deportistas aprovechan que no tienen clases ni trabajo para ir a sesiones de recuperación, masajes o crioterapia. En el tiempo libre sale con las compañeras del equipo a comer algo o a visitar algún lugar.
El campus universitario está a 5 minutos de las cataratas del Niágara, en la frontera con Canadá. También comparte experiencias en un club de gente latina que tiene la Universidad.
“Si uno se organiza tiene tiempo para todo”, indica tras confesar que todos los días intenta comunicarme con sus padres y hermana al menos 5 minutos para saludarles “porque si es duro estar lejos de la familia”.
“Desde los 15 años siempre quise estudiar en Estados Unidos”
Matías Vásquez aplicó el mismo proceso que Daniela y a través de Twitter (ahora X) pudo mantener contacto con algunos entrenadores norteamericanos.
Al estar afín a lo que deseaba estudiar, aceptó la beca que le ofreció la Concordia University Irvine, en California. Por problemas internos de la institución, después de dos años pasó al Mississippi College. Ahí estudia Kinesiología, lo más cercano que encontró a la fisioterapia y rehabilitación.
“Fue bastante duro estar lejos de la familia y amigos. Llegué con un inglés básico. Tener tres horas de clases completamente en inglés fue como un proceso que tuve que adaptarme. Gracias a Dios todo salió bien. Ahora controlo el inglés completamente. Aún es duro estar lejos de casa, pero vine acá por un sueño y es lo que me motiva día a día a seguir mejorando y querer un mejor futuro”.
Vásquez recibió una beca casi completa. La familia le ayuda a pagar mínimos rubros como el seguro.
“Para poder continuar con la beca uno debe tener por arriba de 2.0 sobre 4. No es tan complicado. Aparte, no le pueden quitar la beca por malos resultados, pero uno debe seguir mejorando y debe cumplir algunas normas”.
Matías está vinculado al deporte desde los 9 años. Empezó en el fútbol. A los 12 se enfocó de llenó al atletismo. Su especialidad es los 400 con vallas. Entrena 5 días a la semana. Los horarios de las clases difieren durante la semana y no interfieren en la práctica deportiva.
Al ser estudiantes internacionales, solo pueden aplicar a trabajos dentro del campus. Vásquez trabaja los fines de semana en la Universidad. Ayuda en diferentes eventos deportivos: venta de tickets, manejo de un marcador electrónico, etc. “Me ayuda a pagar de mis cosas y no ser tan dependiente de mis papás”.
El atleta cuencano siente que en Norteamérica hay más oportunidades. No descarta tramitar una visa para quedarse allá.
“Desde los 15 años siempre quise estudiar en Estados Unidos. Creo que es el único lugar en el mundo donde uno tiene esa facilidad de estudiar y competir a un buen nivel, tener instalaciones de primera, entrenadores buenos. Siento que si estuviera en Ecuador no hubiese podido balancear el deporte y los estudios. Siento que es una buena oportunidad si uno quiere continuar en el deporte una vez que sale del colegio”, dijo. (D)
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