Los climas extremos ponen en riesgo la salud de los animales. Conozca qué acciones se pueden tomar.

Problemas digestivos, respiratorios hasta dermatológicos sufren los animales debido a los climas bruscos. Las heladas y la radiación extrema repercute en la producción pecuaria.

En la provincia del Azuay ya se evidencian dificultades. Incluso, los médicos y veterinarios recomiendan medidas para contrarrestar esta situación.

Los pastos están secos por lo que empiezan a descomponerse y adquieren microorganismos patógenos debido a la falta de agua.

Xavier Lojano, quien trabaja como veterinario por más de ocho años en la zona rural, dijo que surgen problemas digestivos en los ejemplares que les causan infecciones, diarreas hasta cólicos que reducen su producción. En el caso del ganado afecta la generación de leche.

Igualmente, los animales que sufran de desnutrición no van a poder reproducirse y se quedarán en un periodo anestro. Los ejemplares se pondrán débiles por lo que son más susceptibles para adquirir enfermedades cuando se producen los climas bruscos.

Según Lojano, podrían sufrir de neumonía, atonía ruminal, entre otras patologías.

“La neumonía es lo que más se da comúnmente en los animales. Tener baja nutrición afecta directamente al sistema inmune”, dijo a El Mercurio.

En lo que concierne a animales de compañía (mascotas), los perros son los más afectados con la radiación extrema. Pueden sufrir de quemaduras, sobre todo, en las almohadillas plantares de las patas que entran en contacto con la calzada.

Adriana Tiñegañay, dueña de The Dog Spa Estética y Consultorio, recomienda a los dueños que no saquen a sus mascotas entre las 08:30 y 16:30 porque en ese horario se concentra la mayor cantidad de sol.

Asimismo, aconseja que los cuiden de las heladas y no les den agua fría porque les puede afectar los pulmones y generar la tos perrera.

“Si esto no es atendido a tiempo, podrían morir”, señaló Tiñegañay.

Alternativas

El Centro Ecuestre Bellavista es uno de los lugares que aplica medidas efectivas para proteger a sus caballos que se podrían replicar en otras especies.

Aplican labores de reforestación que ya han dado resultados porque los árboles han crecido y sirven para dar sombra a los ejemplares, implementaron una especie de piscina para que ingresen los caballos y se refresquen todos los días, entre otras.

Para Sebastián Donoso, propietario del centro ecuestre, se debe también dotar siempre de agua limpia y fresca, acceso a espacios de sombra en el día como la noche, alimento extra para compensar la falta de forraje en los potreros, y más medidas.

Los tres profesionales coinciden en la necesidad de que las lluvias sean más frecuentes para mejorar el campo. Sin embargo, se necesitan de planes y capacitaciones en caso de que esto no suceda aún. (I)

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Bolívar Pérez

Licenciado en Comunicación Social con mención en Comunicación Organizacional y Relaciones Públicas. Periodista multimedia con experiencia en coberturas de comunidad, ruralidad, gastronomía, turismo y social.

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