Antes de iniciar el nuevo año 2025, es costumbre llamarnos a la reflexión sobre las bendiciones y los aprendizajes recibidos en el año 2024. Sin duda, independientemente de la religión, escuela iniciática o principios filosóficos que las personas profesen, todos en esta fecha empezamos a escribir propósitos para el nuevo año.
Sin embargo, más allá de las metas personales y profesionales que cada uno se plantea alcanzar, este es un llamado a reconciliarnos entre nosotros mismos, empezando por nuestras familias, como sociedad y como país. En enero iniciamos además una campaña electoral que seguro estará llena de promesas de cada una de las candidaturas. El llamado a la reconciliación va más allá del perdón y olvido, se trata además, de entender, aceptar y intolerar las diferencias que como sociedad tenemos.
Tener un propósito personal en la vida es lo que le da significado y motivación para seguir adelante incluso cuando la situación se pone difícil. En este mismo sentido independientemente de las diferencias, tener un propósito como país nos dará una excusa válida para unirnos en el diálogo y la búsqueda conjunta de soluciones. Somos un país que merece vivir con bienestar colectivo. (O)
